Half Time
Los monstruos de la caricatura de Nickelodeon "Ay, monstruos", tenían un concurso de surfing que solo se podía realizar un día, en la hora precisa y con el tiempo contado. Esos monstruos vivían en las coladeras de la ciudad. La carrera que se iniciaba en un acantilado comenzaba en el preciso momento en que el reloj llegaba a cero del segundo cuarto del Super Bowl. Es decir, la pausa del medio tiempo. ¿Porque? Porque justo en ese momento, todos los televidentes que se cuentan por millones, se levantan de sus asientos y van, por fin, al baño.... Sin llegar a ser más específicos, la referencia es muy atinada y en este caso, no podía ser más real.
El medio tiempo del Super Bowl XLII fue para muchos un alivio. Para otros una tortura. Personalmente, fue la pura tranquilidad. Respire de nuevo, me movi de nuevo, deje de sudar y pude distraerme con el agradable Tom Petty.
Nada me habría preparado para lo que me esperaba. Quince minutos, inicialmente de pura locura.
Ver el Super Bowl con alguien que se aficionado a alguno de los equipos que lo compiten, puede ser muy divertido o una amaga pesadilla, para ambas partes.
Me parecia sospechoso, misterioso y hasta increíble que en verdad existieran personas que eran fanaticas a ese equipo de ratas llamado New England. Pero los había. Y esta vez, tan cercanos a su temporada perfecta, a autoproclamarse el mejor equipo de la historia, se volvieron insoportables.
Ya saboreaban el trofeo Vince Lombardi. Ya gritaban ser los mejores en la historia de todos los deportes. Postulaban al tal Brady como presidente o como papa o como lo que se les ocurriera en la mente. Y faltando menos de 3 minutos en el reloj, del último cuarto, a 90 segundos de llegar a la ansiada meta, parecía que la perfección era justo lo que obtendrían. Nadie pensaba que los poco experimentados Giants de New York podrían revertir el engañoso pero pesado marcador de 14-10. Nadie creía que un QB como Eli Manning podría soportar la presión y comentería sus muy frecuentes errores. Pero en algun momento nadie pensaba que la Tierra era redonda.
Y esos 90 segundos que para quienes deseabamos con todo el corazón que los Giants consumarán el llamado milagro pasaban como 9 segundos. Para aquellos que se inclinaban por los Pats, fueron una eternidad.
Lo que parecía auntenticamente imposible, en especial contra la supuestamente perfecta defensiva de New England, poco a poco parecía una posibilidad. Esos fanaticos de New England hablaban menos y sudaban mas. Ya no sonreían como lo hacían cuando el marcador estaba a su favor. Y conforme ese equipo que subestimaron (como lo hicieron contra todos los que jugaron) se acercaba más y más. Y el tiempo se agotaba lentamente.
Entonces sucedio. Primero, la espectacular jugada que parecía el final para los Giants. Manning atrapado entre oponentes y compañeros, cerca de caer, sale de todos para lanzar un pase muy elevado que el receptor atrapo con las manos y el casco. Segundos después, la parabola de Manning al lesionado Plaxico Burress que provoco la sorpresa de propios y extraños. Esa atrapada significaba la delantera y el tiempo marcaba 35 segundos. Esa atrapada significaba la victoria. Pero esa atrapada, esa anotación significo mucho más que solo el Super Bowl XLII.
Significo, en pocas palabras, justicia divina. No puedo asegurar que los Giants se vieron favorecidos por algo encima de mi entendimiento, por alguna fuerza divina o algo asi. Pero si aseguro que los Pats se vieron malditos por su soberbia. Que no solo aparecio en este año, que llegaban invictos al gran partido. Es una soberbia que traen desde inicios de la década. Desde, efectivamente, aquella super dudosa victoria que obtuvieron contra los Raiders de Oakland.
No soy fanatico de los Giants, en lo absoluto. Pero faltando 39 segundos, todo mi corazon estaba en esa jugada. Y no recuerdo haber saltado tan emocionado desde hace mucho tiempo. Para mi no ganaron los Giants. Perdieron los Rats. Por fin, lo vivi, lo grite y lo disfrute.
Uno de los mejores juegos que he visto en mi vida, en la historia de ese deporte.
Si existe un Dios del deporte, o uno en general, el domingo 4 de febrero de 2008, se acordo de este deporte, al cual había olvidado varios años ya.
Y solo para recordarlo o atesorarlo, el siguiente video fue grabado desde la tribuna, en esos últimos segundos de ese gran partido.
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