Mostrando entradas con la etiqueta rap. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta rap. Mostrar todas las entradas

Lunes Musical / IV

Ahora lo recuerdan más por el “Gay Fish” de South Park que por todo lo bueno y malo que le ha dejado a la música. Criticado e idolatrado por la misma cantidad de personas, el peor error de Kanye West fue autoproclamarse como genio musical. Quizá también ha sido su mejor acierto.

No fue el que lo innovo, pero si el mayor impulsor de que el hip-hop podía ser desechable y disfrutable. Ya no era exclusivo de quienes vivieron en los barrios más pobres, ocultos bajo sus camas por las incansables balaceras nocturnas, sin aparente futuro ni posibilidad de soñar en uno. Ya no son los gangsters, ni los asesinos, ni los traficantes. Mucho menos alguien que recibió como 15 balas y sobrevivió para contarlo y cantarlo. No. Kanye habla de muchas cosas en sus letras, pero especialmente provoca el mismo vacío que provoca el pop más endulzado y producido.

Nunca entenderé porque es tan popular puesto que ni siquiera entiendo porque me gusta tanto. Se que no aporta nada, no innova mucho y le sale mejor descubrir talentos (como Lupe Fiasco) que participar en entrevistas. Soberbio y arrogante (salvo cuando presta su avión a Turtle, E, Drama y Ari para ir a Cannes) West sigue en los escalones más altos de los charts, con ideas de armar un escenario de puro oro para sus giras, pero nunca soñando ser tomado en serio. Tan en serio.

Si no les gusta la música, cuando menos la presencia de la monumental playmate Rita es suficiente para revisarlo.

Kanye West - Flashing Lights

Dir. Spike Jonze

Top Ten: Música. 7



Kanye West
Roc-A-Fella


Para muchos, es dificil tomar en serio a Kanye West. Sus polémicas actitudes, sus enérgicas respuestas a los medios y la propia descripción de su trabajo (art pop) lo ha convertido en blanco de muchas críticas, pero también le ha ganado una considerable cantidad de fanáticos, que sigue en aumento. Pero el rechazo principal hacia West es que no tiene un antecedente criminal, no tráfico con drogas, no mato a un miembro de una banda rival y no escribe sobre ello.

Por años se consideró que el rap y el hip-hop solo tenían cabida en el mundo criminal y de gangsters, se les olvida que se trato de un género, de una ramificación más de la propia música, una que logro una popularidad enorme debido a que retrataban el aislamiento de miles de personas de color, el rechazo que tenían que soportar, los humildes origenes y especialmente en futuro tan sombrío que parecía esperarles. ¿Como no van a tener el creciente deseo de ser raperos y ser super-estrellas? Pero también probaban algo más, la posibilidad de salir adelante contra todas las expectativas. El gangsta' rap se considero como el unico capaz de representar ese sonido y el unico privilegiado por la critica.

West no compone sobre el crimen, no compone sobre la deshumanizada sociedad (como el grind) ni sobre las mujeres y sus bikinis. Compone sobre lo que ha visto, ha escuchado, ha experimentado. Sobre los fracasos, sobre los exitos y sobre las ambiciones (las logradas y las frustradas) y lo hace con un sonido que se estaba estancando y un nivel musical sobresaliente. Habiendo producido los mejores trabajos de Jay-Z, Ludacris, Alicia Keys y varios más, no existe ningún error en el disco, ni tampoco parece limitarse mucho con la mezcla que hace.

Lo curioso del asunto es como esa mezcla musical, esas nuevas notas que quiere extraerse, el nuevo beat que trata de experimentar viene acompañado por un tema central e importante para su vida. La pérdida y lo que deja. West perdió a su manager durante la grabación del disco: su madre. Termino con una larga relación sentimental y no duda en expresarlo, ya sea con susurros, con suspiros y con mucha furia e impotencia. Lo que no ha perdido es el paso. Kanye sigue sonando fresco, emotivo y espectacular. Probablemente nunca logrará ser ese genio auto-nombrado, pero tampoco quiere ser uno más del monton. Y, desde luego, no lo es. Nunca lo fue.

La mejor: Paranoid
Downlodeables: Say you will, Amazing, Love Lockdown

Tha Power



Si uno volteaba a los charts norteamericanos a mediados de los años 90, el listado estaba inundado de hip-hop y rap. A muchos especialistas les parecía extraño que aún en su mercado más amplio, el rap siguiera atrayendo a la gente, por encima de los prefabricados músicos que empezaban a conquistar diferentes plazas. El género Rap, similar al Metal, ha sobrevivido incontables enfrentamientos y ha sabido perdurar mucho más tiempo que el que se había estimado. Ambos géneros (rap y metal) han querido ser ejecutados durante un largo periodo, argumentando el daño que le pueden causar a la juventud. Puesto que el rap nace en las calles, la propia juventud es la que siente sus líricas como más propias, más identificables. En el intento de aniquilarlo, el género musical ha estallado a rincones donde su simbolismo no es tan ejemplificado como en el país de las barras y las estrellas. No es extraño encontrarse con un sonido asombroso de lugares como España, Francia, Rusia y gran parte de América Latina.

Sin contar a Eminem (o a pesar de él) y algunas otras excepciones, el rap esta representado por gente de color, y casi en su exclusividad, seres enojados, malencarados, lujuriosos y con miles de mujeres a su disposición. La imagen no es exclusiva y tampoco refleja mucho el sentimiento de la música y el tópico merece un comentario mucho más extenso. Pero es la imagen generalizada que se tiene de ellos (como a los gorditos matudos y tatuados del metal)

Por eso cuando estoy en la sala de cine, esperando lo sobrenatural en una cinta como X-Files: I Want to Believe y aparece alguien como Xzibit como un durísimo e inexpresivo agente federal, no puedo contener una sonrisa medio cómplice, medio burlona. Lo primero que pensé al verlo fue “este va a pimpear una nave extraterrestre, le pondrá sus spoilers, sus alerones, sus rines, sus luces de neon y un componente para x-box, blue-ray y 14 sub-woffers en cuadrafónico”. Evidentemente, la presencia de algún rapero en alguna cinta, asegura que su escuadrón de fans estará presente… aunque sea por el equipo.

Xzibit no lo hace mal, aunque tampoco aporta mucho. La presencia de otros raperos tampoco ha sido excepcionalmente mediocre. Y aunque uno pueda argumentar porque su presencia empobrece una cinta, el fenómeno se seguirá dando un buen rato. Son, al final, personajes populares, amados u odiados que representan un estilo de vida fastuoso, cuyos orígenes son bastante humildes (en el mejor de los casos) Quizá los ejemplos de Will Smith o Jamie Foxx justifica la constante aparición de otros raperos que a pesar de no ser los más carismáticos, ejecutan el trabajo con decencia. Unos con más o menos suerte que los otros.

Ja Rule no es el rapero más famoso o popular de la zona, así como sus breves apariciones en The Fast and the Furious, Scary Movie 3 o Half Past Dead no le aseguran un lugar privilegiado en una cinta futura. Personalmente me sorprendió mucho el hecho de que Ludacris se la haya creído y apareciera en dos cintas bastante elogiadas por la crítica especializada: Hustle & Flow y la oscareada Crash, aunque también se le cuenta en 2 Fast 2 Furious. Por ahí también están los brevísimos cameos de Dr. Dre y Snoop Dog en Training Day. El propio Snoop Dog se le cuenta en cintas como Starsky & Hutch y el bodrio llamado Bones (donde era el estelar). LL Cool J es otro caso que aunque no sea el más talentoso, ha sabido sostener su presencia en cintas como Any Given Sunday, SWAT y Deep Blue Sea. ¿O que tal Busta Rhymes, golpeado, herido y torturado en Narc?

Pero hay dos casos que siempre me llamaron la atención, principalmente porque creía que eran actores, antes de ser raperos (aunque siempre puedo aludir a mi infancia y poca fuente de información, jaja)

Uno es el de Ice T, cuya biografía daría muy bien para un drama vivaz y agil. Lo vi en Ricochet, Trespass y New Jack City, y debo reconocerle bastante talento como actor y cantante.


El otro es indudablemente el hombre nacido como O’Shea Jackson, quien cambio su nombre de manera oficial a Ice Cube. El simpático gordito de Barbershop pertenecía al grupo de rap que quizás cimentó todo el movimiento que le siguió. Al lado de Dr. Dre y el fallecido Easy-E formaron la bandota N.W.A. la que grabo su nombre vía la poderosa canción “Fuck Tha Police”. Pero antes de saber todo eso, la primera vez que vi a Ice Cube fue en una de las mejores películas “del barrio” que se hicieron, alla por 1991: Boyz n the Hood. Siendo su debut como actor, en el enorme papel de Doughboy, Cube siempre fue para mi un actor y uno bastante bueno. Después conseguiría la popularidad en cine, como solista, como productor, como creador de tours (incluidos los Red Hot Chili Peppers) y demás actividades que lo colocan como un individuo bastante activo, carismático y admirado.

Finalmente no es tan malo que incluyan a músicos en el cine, aunque parezcan actividades radicalmente opuestas. Algunos resultados (como los mencionados) tienen agradables repercusiones. Ya Britney ha dejado de actuar y Mandy Moore de cantar. No todo esta perdido