Dia 8 Ficco 2008



Los Cuentos de Go Go (Go go tales, Dir. Abel Ferrara, 2007)

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Hay que mostrarle respeto a un director como Abel Ferrara. La intensidad de sus películas es muy diferente a la del cine en general. Tópicos que por lo general parecen simples, Ferrara los hace tan controversiales como es capaz. Tematicas que son dificiles llevar a la pantalla grande, el director las disfruta y las tuerce más. Es el clásico cineasta que no desea respetar las reglas para un cinta comercial, a pesar de que cada una de sus cintas posee ciertas virtudes que la harían muy redituable. Tampoco quiere ser el rebelde, con secuencias que nada aportan a una historia, pero que sí pueden herir algunas susceptibilidades.



A eso habría que agregarle un punto más a su favor. Sabe perfectamente dirigir a sus actores, demandarles un esfuerzo más y ellos salen favorecidos con personajes y actuaciones excepcionales.



La historia sucede en una larga noche. Ray Ruby (Willem Dafoe) es el dueño de un famoso, pero muy venido a menos, club de desnudistas. El club esta a punto de la quiebra y de su clausura. Ruby no puede pagarle a sus bailarinas, no puede pagar la renta y apenas puede costear el servicio de tintorería para sus trajes. El dinero, que es poco, ingresa y sale al momento. Ruby juega todo el dinero (propio y ajeno) en billetes de lotería. Primero por la pasión de hacerlo y después porque siendo ganador, podrá mantener en pie su dichoso club.


Durante la noche, veremos la interacción muy dinamica de Ruby con sus empleados, con su contador (quien también esta involucrado en el fraude), con su jefe de seguridad, con el gerente, con su hermano. Y de todos ellos con los clientes, con los jovenes que llegan por primera vez, con la dueña del lugar que exije se le pague el adeudo o tomara medidas extremas.



Lo ágil de la locación, del escenario, es bien aprovechado por Ferrara. Vemos a las bailarinas hacer su acto, como también las vemos discutir entre sí, planear una huelga por la falta de salario, anunciar algunos embarazos y enemistarse con el chef por un perro. Ruby tiene cámaras por todo el lugar, las cuales observa en la soledad de su oficina, escondiendo la cara, la responsabilidad. Pero se muestra optimista todo el tiempo, con un carisma que le permite mantener toda la operación en un misterio. En el mejor momento recibe su gran noticia, para inmediatamente lidiar con lo más obvio, lo más lógico, lo más tragico. Y con todo lo natural que resultaba, Ferrara logra transmitir una verdadera sorpresa.




De ahí, la paranoia y el frenetismo se destapa. Todos se revuelven en una maraña de desconfianza, egoísmo, deshonestidad y doble cara, donde el show le pertenece a Dafoe y su carismatico Ruby. A veces contenido, a veces excesivo, Dafoe esta todo el tiempo convencido de sus acciones, controlando toda la escena como titiretero, apagando el fuego con elegancia. Por supuesto, tiene a su lado actores de primer nivel, empezando por Bob Hoskins, como el gerente histérico por la baja clientela (siendo capaz de aceptar ser confundido por un señor cangrejo). Mathew Modine como el principal financiero y hermano de Ruby, un metrosexual dueño de una de las esteticas más populares de la ciudad. Y un largo etcétera.




Es díficil imagina a un Ferrara muy alejado de Bad Lieutenant, ahora en una comedia de enredos, por así llamarle. Pero el respeto que le tiene al tema se admira. Desde la dedicación que tiene para mostrar a sus bailarinas (sin morbo ni humillación) hasta el francamente egocentrico monologo final de Ruby. Por supuesto, hay un final feliz. Muy feliz para el espectador, no tanto para el personaje de Dafoe, del cual se mofa de él desde el principio de la cinta. Algo que el espectador solo entiende hasta el final.

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