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We start to rock, we never stop again


Sentirse traicionado parte de un propósito. Es retirarse de algo con dignidad, abandonar un espacio que antes se creía propio e individual (nada más alejado de la realidad) y desplazarse por el empuje de una decisión que no se tomo a consciencia. Si, la mayor queja siempre ha sido, se vendieron, se prostituyeron, nos abandonaron, a sus más leales fans que los apoyaron y los acompañaron durante sus primeros y más solitarios pasos (y eso se los decían desde su segundo disco)

Algo que escuche de varias personas que se mueven en espacios bastante opuestos fue algo que también había escuchado 10 años antes. Los conciertos que daría Metallica en la ciudad de México estarían infestados de niños que descubrieron al grupo dos semanas antes, de forma más bien gratuita o esporádica. Se acaban de aprender las canciones, solo escuchan los sencillos más desagradables, desconocen los clásicos, no saben, bla bla bla. Y hubo un poco de verdad el domingo 7 de Junio. Detrás de mi había dos niños que no rebasaban los 11 años, con su papa (o adulto acompañándole), a mi derecha también un señor casi con corbata, muy serio, cara larga, con su hijo que recién compraba su primera playera del grupo y la veía, la sacudía, la admiraba, la olía. Frente a mi, tres hileras más arriba y a la izquierda, el lugar estaba lleno de gente que más que fanatismo, demostraba curiosidad. Ya los que identificaba de mi generación esperábamos sentados, recuperando la respiración después de la larga caminata por todas las curvas del autódromo, un poco más serios que 10 años antes (o 16), nerviosos, ansiosos, ilusionados y precavidos a la vez.

La noche seguía desaparecida, el reloj rebasaba las 8 de la noche y el sol seguía en su pleno, probaban las luces, cambiaban el equipo y todo parecía demasiado iluminado, demasiado colorido, atípico para un concierto de esta índole. Seguían paseándose muchos con calma, unos cuantos ya empezaban a responder a los estragos de las cantidades industriales de cerveza que se consumieron y finalmente, con la noche y la salida de la luna, todos empezamos a relajarnos y a silenciar cuanta crítica habíamos escuchado, las que habíamos formado, los prejuicios y las inquietudes. Como en cada rincón, en la zona donde me encontraba todos éramos amigos, todos empezábamos a reconocer que la emoción era mayor de la que creíamos, las mujeres que ya acompañaban a cada alarido grotesco de los más metaleros, los niños que ya eran integrados y reflejaban una emoción que ya de adultos, todos hemos perdido. Cervezas, pizzas, nieves, churros, todo se rolaba, de forma antihigiénica como se esperaba. Las nueve en punto, la luna espectacular, las luces se apagan y el griterío retumbo en cada espacio saturado, abrazos, golpes, empujones. No habían salido al escenario y las gargantas de muchos ya se habían desgastado por completo. El escenario se ilumina y uno tras otro sale, muy envejecidos, muy diferentes, pero brazos en alto y con grandes sonrisas. No esperan al silencio (uno que ya no se formo) y arrancan el último show que darían en la ciudad:

La furia característica de esos cuatro no es la misma, quizá Trujillo era el más agresivo en el escenario, pero eso no limitaba la furia característica de sus fanáticos, de los que no son tanto pero se dejan arrastrar, de los más recientes y de los que simplemente acompañaban a alguien más. Y ahí estaba la critica de unos, la generación que los acaba de descubrir vía Guitar Hero efectivamente cantaba lo poco que tocaron del Death Magnetic, los curiosos que washa washeaban la mayor parte del repertorio, hasta llegar a un Enter Sandman con una combinación impresionante de pirotecnia colocada en todo el Foro.

Los más aguerridos, los más antiguos eran los menos, pero se distinguían cuando And Justice For All o Dyers Eve sonaron, incrédulos de estarlas escuchando en vivo, mientras que la mayoría no sabía que demonios era eso. Hetfield ya no parece estar permanentemente enojado en el escenario, ya no sale ebrio, ya no arroja cosas, ya no escupe a los adelantados. Ahora señala los rincones y aplaude, sonríe y cada arruga se magnifica en las gigantescas pantallas. Se le nota feliz, muy feliz y la gente le responde de la misma forma. Lars sigue y seguirá siendo pesado, engreído, soberbio y la gente lo agradece. Hammet seguirá en un rincón, concentrado, aun toca con mucha rapidez y precisión. El nuevo es el más emocionado, aunque también el más tenso. Nunca será fácil enfrentarse a miles de personas que se iban a entregar completamente a ellos, pase lo que pase.

El del jueves fue un concierto compuesto por el disco negro, aquel que le abrió las puertas al mainstream y que hace lloriquear a muchos ofendidos (tocaron desde Unforgiven hasta Holier than thou) El del sábado, según más para fans (lo que sea que eso signifique) se enfoco en el Ride the Lighting. Tengo envidia de no haber escuchado Fight fire with fire, lo acepto. Y el domingo al parecer fue más enfocado en el And Justice For All y en la despedida, ya que con ellos, quizá sus largas esperas serán una tarea casi imposible.

No es lo mismo diez años después. En lo absoluto. La perspectiva cambia, la importancia de la música y ser el primero y único va perdiendo relevancia. Además de que, por supuesto, el físico ya no es el mismo (definitivamente me duele aceptar que ya no estoy para estos trotes) Y esa generación que los fue a ver por el Guitar Hero ahí estaba, emocionadísima, determinados a continuar en la línea. Serán ellos quienes en diez años o más (si es que regresan) estarán eufóricos, ansiosos, en el frente, en la zona de fuerza. Serán también quienes critiquen a la banda y a sus nuevos aficionados de vendidos, porque finalmente ¿no fuimos los que los criticamos ahora de la misma forma?

Un show como este, de esta banda, no pasa desapercibido. Se hablara mucho tiempo, bien y mal. A estas alturas, poco me importa. Metallica es y ha sido en mi trayectoria la banda favorita. La música que más tiempo me ha acompañado, de la que más referencias tengo, con la que crecí, con la que descubrí y a la que nunca solté. A estas alturas, poco importo que a mi lado se cubrieran, se alejaban. Nunca me di cuenta de la euforia que traía. Para cuando comprendí que restaban dos canciones, mi locura fue completa cuando Hetfield y Hammet asienten y presentan el riff de Hit the Lights, canción inicial del primer álbum de la banda. Inicial para muchas cosas. No tocaron Battery, ni Whiplash, ni Damage Inc. Pero inconscientemente soñaba con que esa fuera una de las invitadas. Soñaba con muchas cosas. La banda provoca eso en mí. Ayer descubrí que seguirá haciéndolo, por decisión o por obligación y eso es algo que si me importa.

Dave

Los estudios acerca del ser humano y sus comportamientos no son gratuitos, aunque por momentos son rebasados por sus propias aspiraciones y quedan encallados como sobrevalorados. El conocimiento es el elemento que más poder otroga, un poder que no es comprendido y aquel portador tiene que ser rechazado y atacado, especialmente antes de que pueda atacar a uno.

En realidad uno tendría que entender que lo importante de cualquier experiencia y búsqueda humana no es el resultado, es el proceso, los caminos que llevan a una persona a su inicial meta.

Esto probablemente nada tiene que ver con la idea de postear lo siguiente. O tal vez si. Sin duda muchos bateristas que ahora mismo practican en el garaje o en un cuarto alejado del resto de la casa (que puede cubrir más el ruido) lo harán mejor. Serán más veloces, más desmedidos. Canalizaran diferentes sentimientos en su instrumento y una bestia que ni ellos conocen toma el control de las acciones. No dudo que hay alguien que la hace con más furia. Eso no minimiza, ni tampoco lo eleva.

En esa búsqueda de perfección, a veces uno encuentra algo que no esperaba. El video a continuación tiene casi dos años de existir y miles lo han visto. El protagonista es aquel que muchos consideran el mejor baterista vivo de los últimos años. La base de ese razonamiento estará en la mente de quien así lo considere. Aún así, hay que respetar al maestro y a una de las leyendas. Mr. Dave Lombardo, baterista de Slayer, en una clínica tocando Raining Blood. La practica contribuye pero Lombardo no solo es ídolo, considerado (semi)Dios, venerado, referenciado, influyente, creativo. Es de tal precisión que no entendemos como llego al objetivo. Como ha sido una de las pocas personas que sí llego a su meta. Vamos, es tal la perfección que es demasiado tarde como para sentir envidia. Funcionaría si fuera solo la batería la que se escucha:

Did you say "Kill 'em All"?



Abril 30, 1999. Esa clase, esa maldita clase que me pareció más eterna que de costumbre. Yo ya traía mi playera (powser, jaja) para que todos supieran que me esperaba. Tuve que saltarme las dos últimas, ya no lo resistía. Encontrarme con mis amigos y bastante cerveza me tranquilizó, pero brevemente.

Así, pronto me despedí con una ansiedad que me superaba. Tenía que pasar por una prima que había visto dos veces y de ahí correr. No había prisa, pero correr ayudaba a acelerarme todavía un poco más. Las horas eran largas, eternas, enemigas. Finalmente llego el momento prudente para irnos y llegar a un Foro Sol que se vislumbraba ya casi lleno. La primera de las tres bandas estaba terminando su breve set list y desde el metro se escuchaba “Space Lord” (mother, mother…)

Instalados en las gradas, con varias cervezas a nuestra merced, la segunda banda aparecía. Con pocos minutos de empezada su participación, la logística probo, una vez más, no tener idea. Poner sillas frente al escenario fue una tremenda tontería y a decir de muchos, una tragedia. Siendo egoísta (y desde la seguridad de mi grada) la escena fue maravillosa, asombrosa y justo lo que uno necesitaba para ponerse a tono. Gente ensangrentada, aplastada o desapareciendo luego que una silla le cayera en la cabeza. Unos atropellados por la masa humana que se dejaba venir desde el fondo de la arena, otros huyendo despavoridos, yo con el deseo de estar abajo entre ellos.

Pantera dejo el escenario ante el furor de miles y el terror de los organizadores, todavía faltaba la banda estelar, la que la gente (al menos la mayoría) había pagado por ver, por la que reservaban algo de energía, por la que habíamos esperado 6 años. Las luces se apagan… el resto deben imaginárselo.

Y aunque quizá no fue el mejor concierto que vi en mi vida (el Re-Load nunca me gusto, soltaron Master of Puppets muy pronto) mmm… o tal vez si (Creeping Death con Phil Anselmo, el cierre con Battery) la emoción de ver una vez más a esos cuatro personajes que me han acompañado casi toda mi vida ha sido un momento que jamás he olvidado… y uno que ansiosamente esperaba revivir.

Mucho ha cambiado desde ese Abril del 99, gente, experiencias, caídas y alegrías. Pero el gusto y la ansiedad por ver de nuevo a los que fueron mis primeros ídolos musicales sigue estando intacta.

10 años después, Metallica regresa a México. A modo de regalo adelantado de cumpleaños, Junio 6 es la fecha prometida. Escribir esto me pone peor, digo, ¿por qué no puede ser mañana mismo el concierto? Hago mi set list soñado (por favor que toquen Call of Ktulu, Whiplash, Dyers eve, Lepper Messiah, que olviden del álbum negro al St Anger) y me doy cuenta de algo:

Diez años pueden hacer que la gente se centre, se concentre. Hacen que se emocionen menos y se preocupen más. Hacen olvidar pasatiempos que antes se veían como prioridades. Yo me incluyo en ese trágico grupo. Pero no hoy. Hoy vuelvo a 1992, cuando, vía un intercambio, descubrí el disco Kill ‘Em All. Hoy vuelvo a escucharlos y a disfrutarlos. Hoy estoy dando vueltas en círculo, pensando como voy a esperar tanto tiempo, preguntándome, como he podido esperar tanto.


Top Ten: Música. 9


Amon Amarth
Twilight of the Thunder God, 2008
Metal Blade

A muchos se les olvida que lo romántico de la historia proviene directamente de lo más violento del ser humano. Los poderosos imperios, las majestuosas civilizaciones, los eruditos ancestros y sus impresionantes ejecuciones. La etimología de la palabra “vikingo” es puro romanticismo, imprecisión y contradicciones, sus costumbres, características y herencias son patrimonio histórico, embellecido a través de años de historias, anécdotas y heroísmos. Bueno, hasta los piratas se están convirtiendo en personajes accesibles.

Por eso, da un gusto tremendo encontrarse con aquellos que niegan a ser etiquetados como representantes del “Viking Metal”. Los suecos de Amon Amarth. Sobra decir que el género mencionado ni siquiera existe, pero adherir una palabra a un término de por sí poderoso, es una tontería que sigue la tendencia de purificarlo todo. Indudablemente, la música que se habrá escuchado en la época de los míticos guerreros nada tenía que ver con la que se quiere emparentar a ellos. Sin embargo, los mismos miembros definen que si, exhiben historias que remiten a esos tiempos, que su estilo es el death metal y que la combinación, mas que una propiedad, es un ejercicio. Uno muy bueno habría que agregar.

Twilight of the Thunder God es el séptimo disco de estudio de la banda y sin duda es uno de los mejores trabajos del año. Aunque tengo que admitir que muy poco había escuchado de los anteriores trabajos, no me costo trabajo entrarle por completo al desmedido sonido de la banda. Pocas bandas suenan tan poderoso en estudio como ellos, aunque su derivación del death sea menos brutal que en la actualidad y si más lineal, más estándar (tipo Gorefest o Arch Enemy)

Y es que revisando un poco su pasado, el descubrimiento es que la banda no se ha desviado mucho de su sonido y no es algo que disminuya méritos. Tocan brutal de cualquier forma. Es en la simplicidad que su sonido se escucha aún más destacado y personalizado, enormes piezas que se sienten épicas, enojadas y hasta contagiadas. Recreaciones encumbradas de gloria sobre esos guerreros y anécdotas que suenan cada vez más interesantes. La verdad es que este año salieron muy buenos discos de metal (el de Opeth, el de Meshuggah) uno que otro infladísimo (el de Harvey Milk) y uno muy divertido. No hay que romperse mucho la cabeza, el disco es entretenimiento puro, diez canciones que se sienten más completas y más divertidas conforme se escuchan de nuevo.


La mejor: Where is your God?
Downlodeables: Guardians of Asgaard, Twilight of the thunder God, Live for the Kill