Dia 1 FICCO 2008

Vaya festival. Si de algo puede presumir el FICCO no es tanto de la selección de películas (un año muy bueno, otro mas bien mediocre). El FICCO es una bestia que dura 13 días. 260 películas no se pueden cubrir en ese período, es imposible (según Einstein y las leyes del tiempo/espacio).
Este año en particular, hay una gran variedad de películas muy interesantes.

La aventura (no se le puede llamar de otra forma, si uno tiene que lidiar con películas que se empalman, funciones a las 3 de la tarde, el trafico del DF y desplazarse por las sedes) es personal e intransferible. Nadie tendrá la misma experiencia dos veces. Así que, aprovechando el abono que me regalaron (de 20 peliculotas), la aventura Ficco para mi, en su primer día, inicio con las siguientes cintas:





Noches Púrpura (My Blueberry Nights, Dir. Wong Kar Wai, 2007)


* * * *
¿De que manera lidiamos con la pérdida?, ¿de que manera enfrentamos la soledad, la ansiedad, la angustia?, ¿Cómo la entendemos? Elizabeth (Norah Jones) no esta del todo sola. Escribe frecuentemente cartas, envía postales a Jeremy (Jude Law) un joven dueño de un restaurante al que conoció el día que se entero de la infidelidad de su pareja. Durante un breve periodo, donde compartieron noches solitarias, aderezadas con un pastel de mora, ambos desarrollaron un esbozo de relación, un inicio de compañerismo y una mutua aceptación a la soledad y desilusión. Él recibe muchas llaves de parejas que representan el final de cada relación. Las guarda, las recuerda y las atesora. Lo hace porque él mismo no sabe que hacer con su propio juego. Es la forma que tiene para enfrentar su pasado.

Un buen día, Elizabeth se marcha de Nueva York, buscando un camino que la aleje del doloroso recuerdo de su pareja. Recorrerá parte de Norteamérica, se establecerá brevemente en lugares y conocer distintas variantes de personas (un policía ebrio, su esposa, una apostadora adicta) que también tienen que encontrar una forma para lidiar con sus problemas, con sus emociones. No solo de su experiencia sino de los pesares de los demás, Elizabeth encontrará un desvío que le haga “cruzar la calle” sin que el recorrido parezca interminable.

Como personas, queremos conocer más a la gente que nos rodea, que se cruza en nuestro camino. Aprender de sus experiencias, emocionarnos con sus triunfos. Deseamos saber como han llegado a donde están, como punto de comparación con nuestro propio recorrido. Es una cualidad natural.

Nunca le he mencionado abiertamente (solo a aquellos que me lo han preguntado) pero mi película favorita hasta el día de hoy es Stalker (1979) del maestro ruso Andrei Tarkovsky. Elegir algo como favorito (cine, música, libros, etc) es una labor casi imposible, es probable que me este apresurando (aunque llevo ya varios años afirmando lo mismo) pero aunque sea falso, esa cinta marco mucho para mí. He llorado, me ha inspirado, me he identificado y hasta me he dormido con una sonrisa. Algo del Stalker del título (algo así como la guía de un lugar) encontré en mí. La sensación de no tener dirección alguna en la vida y mejor contenerse a hacer lo único que se sabe. Esta cinta del maravilloso director es probablemente la menos popular, la menos favorecida por parte de la crítica y muchos dicen es su obra menor. Puede ser, pero no lo entiendo así. Cada quién. Lo que es un hecho es que la belleza de imágenes es una constante de Tarkovsky y Stalker no es la excepción. Un plano secuencia de ocho minutos donde parece no pasa nada (solo sigue a un hombre caminando por un túnel) es en realidad una balde de agua fría. Ese plano, para muchos excesivo y vacío, dice mucho más sin recurrir a un solo dialogo. La puesta en imágenes de Tarkovsky no la he encontrado en ningún otro cine. Lo más cercano a la sensación de sentirse completamente absorto por lo visual es, para mí, el cine del director chino de culto, Wong Kar Wai

La leyenda dice, más o menos, que Wong Kar Wai solo filma, sin tener una historia o un guión finalizado (o iniciado, para el caso). La improvisación es parte fundamental en todas sus cintas (me acuerdo de Chungking Express), porque la improvisación provoca que todo se sienta más natural. En ese sentido, muchos han atacado la actuación de la cantante Norah Jones y cuestionan el porque de su elección. Es cierto que el resto del elenco (David Strathaim, Rachel Weisz, Natalie Portman) es brillante y cada aparición que tienen opaca a Jones. Pero la cantante sale por demás bien librada. Su rostro siempre tiene una dulzura inocente, su mirada registra en silencio todo a su alrededor y manifiesta una real curiosidad por su entorno y sus habitantes. Al final, uno acaba por envolverse con su personaje, porque la gran mayoría hemos perdido esa curiosidad por encontrar algo más de lo que tenemos.

La historia, sencilla, lineal, sutil y melancólica le queda como anillo al dedo al gran director. Su cine es preciso, casi perfecto, pero enfocado en esos pequeños detalles, de su cámara, de sus actores, de sus entornos. Los pequeños detalles de la vida (que nunca son pequeños). La perfección de los encuadres forma parte esencial en cada historia que Elizabeth se involucra. Como es costumbre la relación de Wong (y su cámara) con sus actores se nota en cada cuadro, conoce como encuadrarlos, donde situarlos, como iluminarlos y cuanto tiempo en pantalla debe darles. Cada puesta de imágenes es envolvente, de tal belleza que uno no quiere que se acabe.
Toda jornada es cíclica. Wong Kar Wai recorre todo el ciclo con suavidad, con elegancia. Su jornada en su primera incursión en el cine américano es de lo mejor que ese cine es capaz de mostrar.

Para muchos, esta es su película más común, menos demandante, más complaciente. Salvo lo de “común”, puede ser cierto, dado que esta es su cinta más amable y agradable. Pero en sus manos, lo agradable esta muy por encima de la mayoría de los directores no solo americanos, sino del mundo. La sensación agradable traspasa la pantalla.

Injusta es la forma en que han despreciado muchos críticos a esta cinta. Luego, esos mismos, se quejan de obras de arte como Deseando Amar (In the Mood for Love, 2000) porque son muy complejas. A estas cintas, los años le darán la razón. El recorrido de este tipo de películas, también es cíclico, para fortuna de muchos.


Offscreen (Dir. Christoffer Boe, 2006)



* * 1/2



Un prestigioso actor de teatro sufre una crisis en su matrimonio. Siguiendo el consejo del mismo Boe, toma una cámara y graba todo lo que pasa en su vida, creyendo que al final, será una película sobre el amor que le profesa a su esposa. La obsesión de no dejar sin grabar un solo segundo de su vida y sus relaciones con los demás, poco a poco le hara perder todo lo que tiene. A su esposa, su trabajo, sus amigos, su dignidad y su cordura. Terminar la película se convierte en los más importante para él, al grado de creer que al hacerlo solucionara todos sus problemas (la conversación que tiene con una amiga/actriz sobre la forma en que esposa se reconciliara con él).




Desde un inicio se percibe como un ejercicio muy interesante, todo lo que vemos es por la cámara que el actor tiene a mano y todo el tiempo que lo vemos hablar a la cámara (a nosotros) crea una tensión por el comportamiento enfermizo que la situación le provoca. Boe lleva la situación al extremo máximo en cada nueva cinta que el actor graba (dice grabar 12 cintas diarias). Pero lo que más impresiona es lo cotidiano y común que el actor muestra con su obsesión. No duda en ningún segundo de su decisión, no escucha razones y ha dejado de importarle la vida normal. Su obsesión se convierte en su dueño, en su patrón.



No es en lo absoluto una película fácil, pero es una apuesta muy interesante, para cualquiera que se interese en verla.






Miedo a la oscuridad (Peur(s) du noir, Dir. Blutch, Charles Burns, Marie Caillou, Pierre di Sciullo, Lorenzo Mattotti, Richard McGuire, 2007)


* * *


Varias figuras geometricas se forman en la pantalla, mientras una voz femenina platica sobre todo lo que le da miedo (miedo a ser mediocre, miedo a ser devorada por gusanos, y un largo etcétera) y lentamente uno empieza a creer que no solo le tiene miedo a las arañas.


Un psicopata en la Francia napoleonica pasea con 4 perros furiosos y los va soltando para que cacen y aniquilen una vida humana.


Un joven casi muerto recuerda su infancia en una finca alejada de todo, y su fascinación por los insectos. Para más adelante relatar sus primer y único encuentro con una mujer, que de alguna manera se relacionara con cierto insecto que capturo de niño para transformar el entorno en una pesadilla en verdad enfermiza.


Una niña recién llegada a un colegio es asechada por el espiritu de un violento samurai.


Un hombre recuerda a su amigo y su desaparición posterior cuando la presencia de un supuesto monstruo asecha una villa muy religiosa y un cazador brutal es enviado a resolver el problema.


Y finalmente un hombre se queda varado en una casa embrujada, en el que sin duda es el mejor segmento de este compilado fascinante de animación, en la que cada director manifiesta (muy subjetivamente) sus miedos más profundos, aquellos que provienen casi de la imaginación infantil y el miedo que todos alguna vez tuvimos a lo que habitaba debajo de la cama.





Una autentica sorpresa. Una muy agradable. Aqui el avance:



Noches Púrpura se vuelve a exhibir el Martes 26 de Febrero en Cinemex Real y el Sabado 1 de Marzo en Cinemex Antara

Offscreen se vuelve a exhibir el Sabado 23 en Cinemex WTC, el Lunes 25 en Cinemex Casa de Arte y el domingo 2 de Marzo en Cinemex Loreto

Miedo a la oscuridad se vuelve a exhibir el viernes 22 en Antara, el sabado 23 y domingo 24 en Casa de Arte

1 comentarios:

Joel Meza dijo...

Sigo sin ver cine de Wong, excepto por Happy Together. El símil que haces con el trabajo de Tarkovsky, que admiro sobremanera, me dice que ya me estoy tardando.
Saludos.