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Día 12 Ficco 2008



Una vieja amante (Une vieille maîtresse, Dir. Catherine Breillat, 2007)

* *


La meta última (o primera) de cualquier cineasta es tener su propia voz, su identificación, su trademark. Es díficil a estas alturas conseguir algo como "original" o "único" en el cine, o en cualquier otra profesión. Algunos optan por no buscar mucho y mejor saturar un mismo estilo. Otros tratan de renovar géneros vistos y probados. Los resultados son tan interesantes por lo disimiles que son. Por cada Paul Thomas Anderson hay un Michael Bay en contraparte (Bay cuenta como por 10). Cuando se llama la atención de manera imprevista, se piensa que se ha encontrado una formula. El caso de Catherine Breillat es similar al de muchos cineastas "perseguidos" por sus tematicas y situaciones francamente provocativas. Hay de provocaciones a provocaciones. De extremo a enfermizo. Alguien como Michael Haneke utiliza mucho la muerte, el asesinato, el voyeur como elemento que provocará reacciones encontradas, favorables e incomodas. Breillat ha tomado el camino del sexo como conductor, como motivante, como obstaculo. Y sexo bastante explícito.



Si con Romance X se había ganado elogios y enemistades, siguió su camino con la prohíbida cinta Fat Girl. Y de ahí su insistencia en la misma tematica en diferentes entornos. Con Una Vieja Amante, Breillat hace la adaptación de una novela de Jules Barbey d'Aurevilly, sobre la pasión de dos amantes, Ryno y Vellini, que no encuentra su descenlace. Atados primordialmente por el sexo, ambos amantes transitarán en la decepción, la tragedia, la obstinación y principalmente el odio. Se odian mucho más de lo que se pueden amar. En la víspera de su boda, Ryno analiza su relación con Vellini, la cual empieza con el rechazo y terminará con el mismo rechazo, atado unicamente a sus pasionales encuentros.


Es sin duda su cinta más accesible, lo que ya es decir mucho. Digamos, ya no sale el famoso Rocco Siffredi. Sin embargo, la tematica recurrente de Breillat ahí esta. Aunque bastante tediosa, el asunto nunca pierde interes y tiene el acierto de cerrar la película sin mucho alboroto. Como personas tentadas a las pasiones, hay cargas que no podemos soltar nunca. A veces esas cargas, son personas también. Y no hay forma de deshacerse de ellas. Francamente, no queremos hacerlo.








Gloria al Cineasta (Kantoku · Banzai!, Dir. Takeshi Kitano, 2007)

* * *


Ha sido imposible para mi no ser adicto al cine de Kitano. Personaje emblematico del cine asiatico y una verdadera celebridad (en todos los terminos) de Japón, Kitano ha hecho lo que ha querido. Dejo la escuela de ingeniería por su caracter. Trabajo en un antro de comediantes, donde se le presento su primer oportunidad para actuar y fue conductor de un ultra popular programa de Tokyo (bastante enfermo para gustos occidentales). Se conocio en este continente con una de sus peores cintas, Brother y con el logo de "El Tarantino oriental". Frase que es una soberana falacia. Tarantino le debe su carrera a cineastas como Kitano o Miike, no al revés. Pero a Kitano eso ni lo despeina.


Curioso es que se le conozca más por sus cintas de mafiosos, yakuzas, policias violentos. Películas como la propia Brother, Sonatine y la maravillosa Hana-bi han contribuido a cierto encasillamiento que se le tiene. Quienes hemos seguido su cine muy de cerca, podemos afirmar que Kitano ha incursionado en muchísimos géneros, con bastante acierto.



Será por eso que su más reciente cinta, Gloria al cineasta sirve como recordatorio de sus incursiones en el cine y de las que ha evitado. La cinta, que parece documental, narra la aventura del propio Kitano (viajando con su doble, o stunt) tratando de encontrar la tematica de su siguiente cinta y las ideas que ha tenido. Una auto-parodia de Kitano es de por sí algo que se tiene que revisar. Finalmente entiende que es un chiste. Que todo, al final, es una broma, que puede, en sus manos, ser bien ejecutada. Su incursión a manera de gag en los géneros que menciona es divertidisima. Se burla de la cultura oriental, de la occidental, del encuentro entre ambas. De sus historias, de sus cintas (de Zatoichi, de Kikujiro), de las cintas ajenas. Y la segunda mitad es tan absurda como divertida.


El cine de Kitano es genuino hasta cuando el mismo director quiere hacerlo repetitivo. Pensandolo bien, no solo Tarantino le debe su carrera a Kitano, muchos estan en la lista.







Sukiyaki Western Django (Dir. Takashi Miike, 2007)
* * 1/2


La última cinta que me toco ver del Ficco (por fin) fue esta (no se si decirle nueva) del director más popular del underground (aunque parezca contradictorio). Takashi Miike. Un hombre con más de 70 cintas realizadas, quien dirige cuando menos 4 al año. Popular para muchos porque el mismo festival presento una de sus obras más populares, Ichi The Killer. Cinta que sorprendio a quienes la vieron, porque no habían visto nada similar (vamos, Ichi no es su mejor cinta). Miike esta en todos lados, eso es un hecho. Audition le gano un voto a favor más en circuitos seudo intelectuales.



Sin duda es un director con mucha propuesta y visualización. Con un uso destacado y desmedido de la violencia, Miike (al igual que Kitano) ha transitado por muchos géneros. A diferencia de Kitano, Miike si necesita de la violencia explícita para demostrar algo, lo cual lo ha hecho siempre con solvencia (tendría que mencionar de nuevo a Michael Bay para mostrar la contraparte, puesto que Bay usa efectos especiales sin importarle si tienen sentido). Comedias soberbias y algo psicoticas como The Happiness of the Katakuris, obras violentas como la saga de Dead or Alive, todas tienen un común denominador. La psicosis humana.



Siendo Miike gran amigo de Tarantino, y este último fanatico de los western, era lógico que el siguiente género que tenía que mostrar Miike era el de vaqueros. El escenario es Nevada, donde dos grupos en conflicto se reparten un pequeño pueblo, en la busqueda de la leyenda de un tesoro escondido. Ese es el planteamiento, donde después se descubrirán misterios, personajes y demás elementos que llevarán al enfrentamiento entre el líder de uno de los grupos con el recien llegado forastero, de grandes valores.


El estilo es eminentemente de un Manga, como lo fue con Ichi the Killer. Y como tal, los excesos no son una limitante para contar la historia. Miike transforma a sus personajes en estereotipos orientales (hasta hablan ingles) con accesorios propios de su cultura. Por ejemplo, manejan pistolas y sables por igual con gran destreza. Esta la mujer que huye de su violento pasado, el niño participe de una tragedia, la madre vengativa, el líder brutal e inescrupuloso. El asunto esta tan bien planeado que si hubiera sido trasladado al presente (o al futuro) hubiera funcionado de igual forma.


Miike seguirá rodando 3 o más películas cada año, hasta que la vida le permita. De esas tres, una será excepcional, otra será interesante, otra será un desperdicio. De los errores se aprende mucho. Este western desde el punto de vista de Miike, es interesante y nada más.

Dia 9 Ficco 2008



Otto El Zombi
(Otto, or up wiht dead people, Dir. Bruce LaBruce, 2007)
* 1/2


Festivales como el Ficco reúnen diferentes variantes de gustos, géneros y espectadores. Brinda posibilidades de apostar por buen cine sin errarle. De descubrir propuestas innovadoras, de encontrarse con tematicas refrescantes. También da la posibilidad de descubrir que uno como espectador tiene muchos similares, aunque también uno se enfrenta con el aficionado que por accidente entro a una cinta de la cual no sabía nada de ella. A veces la aventura es fortuita, en otros casos es desagradable.


Mi afición por las cintas de horror, gore, pero en especial de zombies me hizo dirigirme sin dudarlo a esta película del controversial Bruce La Bruce (o Brian Bruce, su nombre verdadero, sin el añadido de drag queen). Desconocía en lo absoluto sobre la cinta en cuestión. Eso ayuda mucho. La visita a esta cinta entonces era lo más limpia que podía, sin pros ni contras.


Un zombie que se levanta para recorrer la ciudad. Tiene recuerdos de su vida pasada, rechaza la necesidad de alimentarse de carne humana y es encontrado por una cineasta medio fascista, medio gótica que lo contrata para finalizar su película, su obra maestra que le ha tomado 10 años en su realización (en palabras suyas, porque nadie quería financiarla).


El Otto del título por naturaleza provoca el rechazo de los demás, desde su peste hasta su manera de caminar le traen problemas. Problemas que LaBruce empezará a solventar cuando llega a un bar y un hombre que sale le invita a una copa, en su casa.

En ese momento, mis interrogante se manifestarón. ¿Zombies que recuerdan? ¿que reprimen sus necesidades primordiales de alimento? ¿zombies que hablan e interactuan con los demás? ¿zombies gays?


Lo que había iniciado como una sátira, se deforma en proporciones gigantescas cuando el director determina que la audiencia no entenderá que lo es. Por descripción, la sátira tiende a exagerar la situación, con toques muy realistas que el espectador identifique y relacione. Donde más intenta ser un tono cómico, es donde más simple se manifiesta el asunto. Un personaje atrapado en el cine mudo y blanco y negro cuyo potencial era enorme, aparece como el comic relief sin justificación alguna, como un bufón. La directora de la cinta, teniendo los mejores dialogos, es una piedra en la narrativa. Su dirección hacia con Otto, describiendo la situación que espera de su cinta en forma de rebelión comunista es a veces atinada, a veces insulsa. Muy divertida suena su propuesta de "mi cinta politico-porno-zombi" hasta caer en lo absurdo con su "eres el Che Guevara de los zombies gays"


¿Hasta donde se puede deformar un género sin degradarlo? La naturaleza de Otto sustituida por un comportamiento cercano a lo humano era una interesante idea. La comparación de los zombies y los gays como forasteros cazados y rechazados parecía funcionar. Pero ¿en que sentido son comparables? ¿en donde estan los elementos que hay que identificar? Por lógica, un zombie no provoca rechazo, provoca miedo, pánico. No se le persigue para propinarle una golpiza, se le huye para evitar ser devorado.


Y por supuesto, su reflexión acerca del amor libre, sin cuestionamientos ni adjetivos, donde Otto deja de ser zombie para tener sexo con su amante, con su hombre, una ridiculez

No es una película para todos. Tampoco se trata de una verdadera cinta underground que se elevara al grado de culto. Es el ejemplo exacto de una película pretenciosa (sus secuencias en blanco y negro, sus trampas de sobreponer la película que los personajes realizan, sus escenas de sexo explícito entre hombres y entre zombies) que con el tiempo, a nadie le importara. Yo creía que lo peor que el género zombie podía dar ya lo había visto... que equivocado estaba.