Cloverfield Monstruo

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A principios de Julio del año pasado, se presentaba con bastante exito la cinta Transformers, del mediocre e insufrible director Michael Bay. Más que la capacidad del director en contar una historia, la cinta resulto un hit por el manejo espectacular de sus FX y de la nostalgia que muchos compartimos por la caricatura clásica en la que la cinta esta basada.

Pero había algo más. En las salas de EU (y en algunas de México) se proyectaba un avance previo a la cinta, de una película que aparentemente nadie conocia, nadie entendía mucho y ni siquiera el nombre se anunciaba... solo el nombre del productor J.J. Abrams (creador de Lost) y una fecha: 1-18-08, es decir, 18 de Enero de 2008, la fecha del estreno.

Los rumores, los sitios en Internet, la busqueda por ese avance no se hizo esperar y al siguiente lunes, la cinta era una obsesión para muchos. Solo mostraba imagenes grabadas de una cámara casera de una fiesta de despedida de un joven que era interrumpida por un fuerte temblor, explosiones y la cabeza de la Estatua de la Libertad rodando por las estrechas calles de Manhatan. El misterio, mercadotecnia que Abrams maneja muy bien, le daba un aura de gloria al proyecto. Poco a poco se filtraba la información, el nombre, la temática, el director.


Llego el 2008, la fecha prometida. Y el día 18 de Enero, las salas de EU se vieron abarrotadas por gente desesperada por presenciar lo que se auguraba como el gran evento, cuando menos, del primer trimestre del 2008. A nuestro país llega con 15 días de diferencia (temiendo la asesina pirateria) la tan esperada combinación entre El proyecto de la Bruja de Blair con el cine de monstruos (aunque la referencia más clara sería Godzilla por el escenario, pero poco o nada tiene que ver).


Nueva York, tiempo actual. Varios amigos se reunen para despedir a un compañero que por motivos de trabajo, partira hacia Japón. Uno de ellos decide "documentar" el evento en un videocassette, desde la preparación de la fiesta hasta su culminación, para que el festejado se lo lleve, lo atesore y lo recuerde por siempre. Aunque nunca pensaron en cambiar la cinta que tenía y que, al final, es paralela y explicativa de la historia. De esa manera, somos testigos de los que sucede unicamente por lo que la cámara registra, y nada mas. Durante la fiesta descubrimos que el festejado tiene roces con una amiga que secretamente ama y la probable amarga despedida que tiene con ella. Cuando sin mayor aviso, la ciudad es sacudida por lo que en un inicio se cree un terremoto. Después de eso, empiezan las explosiones, la destrucción, la huída y el sónido gutural de algo que deambula por las calles de Nueva York. Sorteando la primera embestida del monstruo, el festejado, su hermano y amigos emprenden el camino para salir de la ciudad y salvarse de una bestia descomunal que arroya todo a su paso. Al ser el visor de la cámara nuestro único narrador, la historia busca extenderse por 88 minutos, con la excusa de la relación entre el festejado y su amor secreto, quien le llamará a su celular para pedirle ayuda, pues esta atrapada en su hogar y no puede moverse.


El grupo emprenderá un recorrido por una ciudad destruida para llegar al rescate de la susodicha, enfrentando todo el peligro que el propio monstruo debe representar: el pánico generalizado, la violenta reacción de las autoridades, la ciudad sin servicios, los acompañantes de la bestia y a la bestia misma.


El verdadero director de la cinta Matt Reeves (muchos aún creen que es Abrams) cuya mayor notoriedad es ser el director de algunos episodios de la serie Felicity, es apoyado por protagonistas sin un gran nombre en la industria (digamos, unos perfectos desconocidos) que aportan todo lo que pueden con lo poco que tienen.


Tratando de no quitarle méritos, la cinta nunca aburre ni se estanca, pero tampoco avanza mucho más de la idea de los jovenes perseguidos en cada esquina, que si bien durante un tiempo funciona, cerca del final deja de ser importante si alguno de ellos logrará salvarse. El único personaje que realmente genera interes es al que nunca vemos, salvo en un par de ocasiones... quien lleva la cámara. No tanto por la genuina preocupacion de su bienestar, sino por ser quien lleva de la mano al espectador, quien dicta que ve, donde lo ve y cuando lo ve.


La tendencia de un cine original siempre ha estado de moda. Es, finalmente, el último logro que alguien busca, la originalidad, el sello. Abrams ha logrado generar productos que han ido revolucionando la forma de ver como se cuenta una historia, al menos en la televisión. En estos tiempos en que el cine se ha saturado de secuelas, remakes, reelaboración de personajes, producir una cinta que trate de darle un giro al género se agradece.

Pero aqui no hay mucho de originalidad, y más bien un compilado de lo mismo. Referencias hay a montones, solo es cuestión de abrir bien los ojos.

Tal vez a Abrams le salga mejor el proyecto de reelaborar Star Trek. Por el momento, el dominio que ha mantenido en la televisión no llegará al cine... al menos, no todavía.

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