Harold & Kumar go to White Castle
¿Y eso que?
Harold y Kumar son dos compañeros y amigos que, después de una noche de ocio combinando la televisión y la marihuana tienen la repentina obsesiva necesidad (o el bajón) de ir a comer a la cadena de hamburguesas White Castle. Evidentemente, llegar al destino se verá obstaculizado por innumerables peripecias y ridiculeces que son típicas de esta clase de cintas, funcionando en su mayoría.
Escuche “que hueva”…
Es una “stoner comedy”, o sea, su pilar es el uso de la marihuana y sus (por lo general) divertidas consecuencias. Aunque parezca y suene a una más del montón, en realidad esta cinta tiene mucha más inspiración que las que se supone son sus predecesoras (la muy sobrevalorada saga de American Pie, por mencionar una). Ahí esta la pareja dispareja, como es habitual, donde Harold, un coreano analista estable, representa la parte más centrada y, dentro de lo que cabe, responsable. Un joven medio soñador, ordenado pero inseguro, con un amor no declarado a una guapa vecina, a la que nunca le puede decir una palabra. Por el otro lado, Kumar es un paria desinhibido, con más carisma, más soltura. Genio de la medicina, fumador compulsivo, obsesionado con el sexo y cortarse el vello pubico, aporta la inestabilidad que necesita su compañero y que les lleva a su cruzada por las hamburguesas.
¿Y luego?
Es eminentemente una anécdota torpe llevada a todos los extremos para poder cubrir su hora y media de duración. La cinta es ligera, avanza con puntualidad, no cansa ni exaspera. Sorprende que una simple justificación funcione (la mayor parte) para desarrollarla en una cinta. Ayuda que a pesar de ser tratados como los clásicos perdedores (de los que abusan y se burlan), ambos personajes se mueven en un aspecto menos torpe y reaccionan con cierta naturalidad ante todos los momentos bizarros que atraviesan. Es mucho más divertida de lo que parece, ofrece más emoción de lo que pretendía y contiene escenas que muchos tienen en un pedestal.
Harold y Kumar son dos compañeros y amigos que, después de una noche de ocio combinando la televisión y la marihuana tienen la repentina obsesiva necesidad (o el bajón) de ir a comer a la cadena de hamburguesas White Castle. Evidentemente, llegar al destino se verá obstaculizado por innumerables peripecias y ridiculeces que son típicas de esta clase de cintas, funcionando en su mayoría.
Escuche “que hueva”…
Es una “stoner comedy”, o sea, su pilar es el uso de la marihuana y sus (por lo general) divertidas consecuencias. Aunque parezca y suene a una más del montón, en realidad esta cinta tiene mucha más inspiración que las que se supone son sus predecesoras (la muy sobrevalorada saga de American Pie, por mencionar una). Ahí esta la pareja dispareja, como es habitual, donde Harold, un coreano analista estable, representa la parte más centrada y, dentro de lo que cabe, responsable. Un joven medio soñador, ordenado pero inseguro, con un amor no declarado a una guapa vecina, a la que nunca le puede decir una palabra. Por el otro lado, Kumar es un paria desinhibido, con más carisma, más soltura. Genio de la medicina, fumador compulsivo, obsesionado con el sexo y cortarse el vello pubico, aporta la inestabilidad que necesita su compañero y que les lleva a su cruzada por las hamburguesas.
¿Y luego?
Es eminentemente una anécdota torpe llevada a todos los extremos para poder cubrir su hora y media de duración. La cinta es ligera, avanza con puntualidad, no cansa ni exaspera. Sorprende que una simple justificación funcione (la mayor parte) para desarrollarla en una cinta. Ayuda que a pesar de ser tratados como los clásicos perdedores (de los que abusan y se burlan), ambos personajes se mueven en un aspecto menos torpe y reaccionan con cierta naturalidad ante todos los momentos bizarros que atraviesan. Es mucho más divertida de lo que parece, ofrece más emoción de lo que pretendía y contiene escenas que muchos tienen en un pedestal.
Pero…
El hecho de que el director, Danny Leiner, sea el mismo responsable de algo llamado “Dude, where is my car” no da buenas referencias en lo absoluto (aunque el señor se ha mejorado y dirigió episodios de Arrested Development y The Sopranos). Es pastelazo tras pastelazo, payasada tras payasada, estupidez tras estupidez, hasta llegar al absurdo. No aporta casi nada, en realidad. Si no se siente simpatía casi de inmediato con los personajes, mejor pararle ahí.
Lo mejor:
- La escena de las mellizas en el baño.
- El sueño de Kumar con una enorme bolsa de marihuana (de antología)
- El mapache asesino
- La burla a todo, a los bullys, a los yuppies, a los inmigrantes, a la policía, a los prisioneros, a la televisión, a White Castle…
- ¡Neil Patrick Harris!
Lo peor
- La escena de las mellizas en el baño (si, funciona en ambos)
- El mal viaje con el jaguar.
- La escala con Freakshow.
¿Si o no?
Si. Es bastante divertida, entretenimiento pueril si se quiere, pero muy eficaz
¿Y el DVD?
Salio una edición especial muy completa, con varios extras, entrevistas a los involucrados, escenas eliminadas y el avance de la segunda parte que se estrena este año
8 comentarios:
mmm no en realidad lo que me pasa ultimamente es que la inspiracion me agarra siemrpe bajo la forma de verborragia mental en los lugares menos esperados y, obviametne, sin un lapiz ni papel a mano, lo cual noes bueno teniendo en cuenta mi meemoria mementica, pero bueno estamso trabajo al respecto jaja
Me gustó mucho el estilo de la reseña, Sergio. Hasta se me antoja verla (suena como algo que harían Cheech y Chong). Coincido en que American Pie es una porquería sobrevalorada.
Maga: por eso siempre cargo con un muy pequeño cuaderno y un lapiz muy mordido
Joel: Gracias. La verdad es que es complicado reseñar una cinta que solo cuenta con una justificación medio tonta para hacer una película.
Dale chance, a mi si me daba hueva, pero me rei bastante
No la terminé de ver, la verdad. Después del mapache asesino y algunos minutos más, la apagué (pero, claro, no tenía obligación de reseñarla y eso me llevó a dejarla de lado). La secuela es mejor...
Estoy completamente seguro que la vi en un estado poco parcial... estaba muy simple ese día y no pude evitar reir incluso con ese mapache. Tengo bastantes ganas de ver la secuela.
Bueno, lo del mapache sí era gracioso. Creo que después de ver esa escena, me dije: "Ah, mira, por fin me reí". Y la apagué.
Pero ¿no llegaste a la aparición de Neil Patrick Harris? Creo, con temor a equivocarme, que justo después del mapache, la cinta se vuelve más divertida... Creo, eh.
Sí, eso sí lo vi. De hecho, vuelve a aparecer Neil Patric Harris en la segunda parte. Por ahí fue cuando quité el DVD y me puse a leer algún diario atrasado.
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