Harry Potter y la Orden del Fenix





En 2003, después de haberse probado y haber servido de inspiración (y parodia al mismo tiempo) a diversos géneros, la gran mayoría anunciaba ese año como el año de Matrix. Dos películas que cerraban el ciclo, más una serie de cortometrajes con diferentes técnicas de animación, más un videojuego que ligaba las cintas, más una creciente semi-religión en torno a Neo y su mundo, auguraban un año que girara en su entorno y en las supuestas teorías (para muchos realidades) de su propia filosofía y mercadotecnia. El único problema fue que a nadie convencieron ni las películas, ni los cortos, ni el videojuego y muchos renegaron, con dolor, su religión post-neo. Con gran cautela, cinematográficamente, el año termino perteneciéndole al final de una comunidad con la destrucción de un anillo.

Este año se pronosticaba que sería propiedad de Spider-Man. Después del fiasco que resulto, se juraba, ahora sí, que el mundo y el año le pertenecerían a Jack Sparrow y su Perla Negra. Total que en lo que se ponían de acuerdo, y mientras los cines del mundo realizaban pre-ventas de ambas cintas con 2 meses de anticipación, el portal Amazon.com anunciaba que, más calladitos, habían quebrantado todo record de ventas con un librito, el cual cerraba la saga de un mago de lentes y con una cicatriz en la frente.



Las últimas semanas del mes de Julio le pertenecieron, en gran medida, a Harry Potter. El estreno de la quinta película de la saga y la esperada publicación del séptimo y último episodio de la historia coincidieron con el séptimo mes de 2007. El furor irá disminuyendo y después renacerá cuando los cines del mundo muestren tan esperado desenlace. Lo que es una realidad, Julio le perteneció, más que al mago, a su creadora, J.K. Rowling. Lecturas en vivo a niños de escasos recursos, presentaciones en todos los programas del Reino Unido, de EU, mini biografías en casi todos los medios (electrónicos, impresos), entrevistas, la première de la quinta cinta, su rostro (junto al de su creación) inundaron las revistas del mundo. Quienes son seguidores de la saga, conocen también la historia de Rowling que, como la de Harry, estuvo llena de dudas, tropiezos, tristezas, carencias y un espectacular final. Con Julio de 2007, como un mero recuerdo, es bueno revisar, con más calma y frialdad, ambos eventos.




Harry Potter and the Order of the Phoenix
(Dir. David Yates, 2007)


* * 1/2

La espera entre el cuarto tomo de la saga y el quinto fue el más largo. Para cuando el volumen 4 (Harry Potter y el Cáliz de Fuego) se publico, aun no se había estrenado una sola película, aunque todas ya estaban firmadas. Será esa una de las razones por las que el quinto libro fue muy diferente a lo que Rowling tenía acostumbrado.



Al igual que su contraparte literaria, la película Harry Potter y la Orden del Fénix tendrá sus fuertes detractores y sus violentos defensores. Harry, siendo un adolescente impulsivo y rencoroso, tiene que hacer frente a su Némesis, del que el Ministerio de Magia (cual tenebroso parlamento británico) negará su existencia y tildarán a Harry de mentiroso y provocador. Se enfrenta prematuramente a la expulsión permanente del único lugar que añora (su escuela), además de tener que lidiar con su exclusión de los planes de los adultos, en su rebelión contra el villano Voldemort (a pesar de haber sido él quien lo enfrento en su regreso). A esto tiene que sumarle el distanciamiento repentino de su mentor y héroe, Dumbledore, así como la nueva profesora que más parece ir a silenciar esos rumores que a brindar un verdadero aprendizaje. Y si eso no fuera suficiente, debe enfrentarse a los sentimientos amorosos que siente por una niña del colegio.


Lo que en el libro se narraba en más de 800 páginas, la cinta reduce muchas tramas y conserva una duración de poco más de dos horas. Una reducción que para quienes esperaban una versión apegada (cuya duración rebasaría las 6 horas) se sentirán defraudados, pero en general, funciona y enumera con precisión los acontecimientos más relevantes de la historia y sin duda, los más necesarios. Las películas de Harry Potter van mejorando en muchos aspectos conforme se acerca a su final. Las dos primeras, aunque funcionaron muy bien, se sentían algo estancadas, sin querer mostrar un avance. Llego Alfonso Cuaron y creo una cinta que cambiaba el estilo, la forma y el fondo de toda la temática, dándole una verdadera identidad al personaje y sus conflictos (curioso que siendo la mejor de la saga, sea la que menos dinero recaudo en su corrida comercial).



En esta quinta entrega, técnicamente todo es impecable, el diseño de producción, los efectos especiales, el vestuario, la iluminación. La cada vez más numerosa y grata presencia de muchos de los mejores actores británicos, aunque cada vez es más breve, siempre es de mucha calidad. Notable es lo mucho que puede hacer alguien como Gary Oldman o Alan Rickman con el poco tiempo que tienen en pantalla. Mientras que los tres actores principales cada vez se notan más cómodos en sus personajes y aún parece que sobrevivirán al fenómeno.




Rowling, con todos sus aciertos, recurre a muchos elementos comunes que cada vez son más notorios. Dentro de toda la magia en el mundo que ha creado, hace uso constante de temas que sean más digeribles e identificables para su principal público, el infantil. La saga de 7 libros se percibe dividida en dos partes. La primera que sirve a manera de introducción al personaje, su mundo y sus innovaciones; mientras que la segunda enfoca su enfrentamiento con el destino. Parece tan exacta esa división que a la mitad del cuarto libro se nota el final de su primera parte y el inicio de la segunda. Todo el encanto de descubrir una escuela y el mundo mágico (con artefactos, hechizos, criaturas y demás) empieza a desaparecer, para dar paso a su crecimiento, madurez y destino. Es, entonces, el personaje más sobresaliente de la cinta, la profesora Umbridge (y la fabulosa interpretación de Imelda Staunton) la más evidente distancia del inicio infantil al recorrido juvenil que esta viviendo el personaje. Umbridge es la inclusión más relevante en la historia, que, aunque estereotipado, muestra muy bien que no todos los villanos son criaturas monstruosas, seres con capa negra cubriendo su rostro o un mago melómano enloquecido de poder.



Todo el frenetismo, la emoción y acción de la anterior cinta ha disminuido. Hay un ritmo más pausado, menos revolucionado y quizás por eso menos interesante. A pesar de todo, no se podía manejar de otra forma. El personaje, como su autora, como su propia audiencia han crecido, han cambiado y están en la búsqueda de algo más. Harry esta en la parte más difícil de su vida, aquella que tiene un adjetivo, donde ya no es un niño, pero tampoco es un adulto. Es un episodio incomodo en la vida de cualquier persona y en este caso, para cualquier audiencia.




Curiosamente es justo al empezar a percibir estos cambios, que esta quinta entrega funciona a la perfección como introducción a lo que va a venir, que para bien o para mal, será memorable.

1 comentarios:

Lilian Lies dijo...

Muy buena reseña, y sin spoilers!!! me encantó si si.