Harry Potter and The Deathly Hallows


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A pesar de que la preparación para su arribo no fue del todo silenciosa (se empezó a vender desde febrero), el 27 de junio llego a las librerías de todo el mundo Harry Potter and the Deathly Hallows. He pensado como argumentarlo, quería externar que alguien me amenazo y obligo (lo cual es cierto), pero también deseaba ser parte de un fenómeno del que he disfrutado contagiarme (ahora muchos lo repelen porque esta de moda hacerlo). Así que en la madrugada de ese día, estaba formado en una muy extensa fila, de cierta librería, esperando contar con la suerte de alcanzar un ejemplar. Una hora después, mientras leía un ejemplar de Lovecraft (que también me lleve), la mujer detrás de mío empezó a aplaudir, emocionada e ilusionada. Nos acababan de informar que existían suficientes ejemplares para quienes se habían formado a tiempo. No compartí la misma emoción, seguía inmerso en Cthulu y cuando tuve el ejemplar en mis manos, lo guarde y no supe de él hasta varias horas después.

Rowling ha crecido mucho en sus habilidades literarias, es cada vez con más sofisticación que nos re-introduce a su mundo. Deathly Hallows (algo como “reliquias mortales”) es el libro más oscuro de la saga, el más violento. Enfrenta a su personaje con el amor, la perdida, la soledad, la resignación, y al enfrentarlo a él, enfrenta también a sus lectores, que lo han seguido a lo largo de estos 10 años, lectores que dejaron de ser niños y lectores que dejaron de ser adultos. Tengo entendido que los libros viven en dos dimensiones. Su historia ficticia con las travesías que su autor les obliga a recorrer. Y en el mundo de quienes lo leen, con la relevancia que tendrán en la historia. Nadie puede negar el impacto que Harry Potter ha tenido en los últimos años, en la cultura, en la moda, en los niveles de fanatismo y en la vida común. El mundo, en el transcurso de sus publicaciones, ha pasado por la muerte de la princesa Diana, los ataques terroristas de Nueva York, los de Londres y Madrid, la guerra de Irak, la unión europea, el error de Florida, el error del IFE (bueno hasta los Red Sox de Boston fueron campeones), entre muchos otros eventos a lo largo de esta década. ¿Ha cambiado al mundo? ¿Lo ha hecho un lugar mejor? Probablemente no. ¿Es entonces la historia de este mago, un refugio para grandes y pequeños de un mundo menos vigoroso, menos esperanzador? No lo creo. Mucho me llamaba la atención la opinión de una persona que decía no haber leído ningún episodio, no tenía ningún interés y seguía perfectamente bien (como deben estarlo miles más). Mejor que eso no he podido encontrar una explicación a un fenómeno de esta índole, porque por contradictorio que pueda parecer, esta persona que orgullosamente proclama su bienestar sin estar en contacto con el furor, lo proclama por estar en contra.

Miles de opiniones se encontraran divididas. Una de las cuales me molesto en demasía y la relataré brevemente. En la radio, en un espacio de noticias, un critico (supongo que lo era) hacia los honores al ultimo tomo de la saga. Tenía escasos tres días de haber salido y él ya lo proclamaba como una decepción. El problema es que aclaro no haberlo leído aún, pero decía contar con excelentes referencias y fuentes para afirmar lo anterior. De que manera resulta ser un fenómeno cuando alguien que no le ha echado una ojeada, puede sentirse capaz y protagonista para juzgarlo, para bien o para mal. Ni aunque la referencia fuera el gran Gabo, le daría derecho o justificación para criticar un producto sin haberlo revisado… bueno, si la fuente sí era García Márquez, habría que meditarlo.

Así como después de su salida ha sido y será objeto de revisiones, lo fue también previo a su salida. Con un hermetismo brutal, algunos hechos se filtraron y salieron a la luz, especialmente referentes a los personajes que no lograrían llegar al final. No revelaré, desde luego, nada del contenido del libro, pero es cierto, muchos personajes mueren. Sin embargo, al finalizarlo, lo importante no era quien muere, ni siquiera quien vive, sino el como llegaron a la conclusión, de que manera. Un personaje tiene una intervención diciendo, “no te compadezcas de los muertos, compadécete de los vivos”.
La historia sigue la línea marcada en el anterior tomo. Harry busca la manera de destruir a Voldemort, mientras este controla, a distancia, prácticamente todo el mundo mágico, desde el ministerio hasta el colegio. Harry necesita encontrar ciertos objetos (introducidos en el sexto tomo) con los que, una vez destruidos, debilitará tanto a su Némesis que podrá enfrentarlo y con un poco de suerte, derrotarlo. De esa manera, recorrerá, en las sombras, distintos parajes y sorteará peligros a su alrededor, hacia él y a todos los que le rodeen.
El arco dramático de la saga de Harry Potter se fue estirando y complicando mucho con el paso de los tomos; demasiadas tramas, sub-tramas involucraban a todos los personajes, que más de una parecía innecesaria. La narración en este capítulo tiene que ser menos extensa, porque debe llegar a una conclusión. A pesar de necesitar explicar mucho de lo que sucede en el libro, Rowling domina y conoce a la perfección el camino que cada personaje debe tomar, aparentemente ningún incidente es aleatorio, sin repercusión alguna, hasta que llegado a su momento, cada pequeño detalle es vital para darle la continuidad deseada. El libro esta repleto de momentos de acción, que incluso logran encimarse uno con otro. Momentos que seguramente en pantalla se verán impresionantes, pero que en el libro suelen ser tan detallados que provocarán muchos dolores de cabeza a los responsables en su adaptación. Tanta acción sería absurda y aburrida si Rowling no hubiera impreso cierto crecimiento (con lo que da cierta identificación) a sus personajes. Los tres principales dudan, se equivocan, engañan y crecen, aún a regañadientes.

No puedo evitar la siguiente comparación y debo pedir una disculpa incluso antes de mencionarla. Sergio Leone al hablar de “Once upon a time in the west” (la que según yo, es el mejor western de la historia) le gustaba aclarar que había tratado de imprimir la esencia de muerte a lo largo de la película, el destino al que tendrán que llegar sus personajes, quienes parecen consientes que no llegarán vivos al terminar.
La sensación que se siente en Deathly Hallows es de pérdida, de dolor y de redención. De reprocharle algo, tendría que ser un epilogo que incluye, donde conocemos brevemente el destino de muchos de los personajes de la historia. Pero al acercarse la última página, todos los seres que habitan el mundo mágico se enfrentan con esos sentimientos, algunos deseándolo (sin ser del todo concientes), la gran mayoría evitándolos, y a pesar de que debía terminar el libro rápido, esas últimas páginas trate de evitarlas, trate de alargarlas. Al final, la despedida fue agridulce, como suelen ser casi todas, cuando analizamos lo que paso y como paso.

Publicados los impresionantes resultados de las ventas, lejos de pensar en los millones de dólares o euros que giraron alrededor de un libro, no dejaba de preguntarme, cuantas personas estarán leyendo exactamente lo mismo que yo.

Parte del fenómeno tiene que ser la gente que lo rechaza. Aquellos que lo idolatran, asumen demasiado al decir que acerco a los niños a la lectura. Pero al igual que Harry, los niños crecieron y probablemente muchos perdieron el interés en el libro y descubrieron llegar a los dieciocho años. Si, si los acerco, más dudo mucho que los haya iniciado. Y si al esperar en la larga fila, algo distraído, por mi copia, pude revivir y comprender bajo una óptica diferente el mundo de Lovecraft, Rowling no solo acerco a los niños a la lectura, aunque lo haya hecho indirectamente.

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