Aldehídos y Cetonas, o como me fue en el Ficco al final





¿Cuanto cuesta un Torres 20? ¿Porque pagamos un precio que en apariencia parece desorbitante?... Los autos de la marca BMW avisan cuando al automóvil le hace falta un cambio de aceite. Si el conductor/dueño del auto no hace caso, el vehículo automáticamente se desconecta. No hay forma de encenderlo, hasta recibir su cambio de aceite. A estos autos se les adapta un chip en su manufactura, con el que se le deja trabajando toda la noche, mientras el auto manipula sus piezas hasta dejarse perfectamente alineado. No es un comercial de la BMW (ya quisiera que me pagaran por uno), pero en esos momentos la respuesta a ¿porque pagar tanto por un auto? se explica. No solo se paga por un bonito diseño, se paga por todo lo que incluye su tecnología (dicen que a esos autos se les hace el servicio al llegar a los 140,000 km).



¿Porque se paga tanto por un Torres 20? ¿o por un Paradise?.La diferencia entre el 10 y el 20 es considerable. Alguien puede decir "pus me embriago igual con un Richarson". Probablemente con un Richarson (y en su vertiente Malibu) se emborrache uno más y peor. La cruda o resaca con un brandy de precio bajo, precedido de un proceso de destilación mediocre, es inolvidable. No vuelvo a tomar, es la respuesta a tal jaqueca. Y eso, con el tiempo y la frecuencia, puede convertirse en realidad, no volver a tomar una gota de alcohol por indicaciones médicas.



Nunca fui bueno con la química, a pesar de que me gusta mucho y las grandes horas que pase en el laboratorio (destilar el ron y tomar el resultado con refresco es una de las experiencias más horribles de mi vida). Intentando explicar tan breve y torpemente como pueda, una de las cosas que aprendí y he visto en cualquier situación, es la siguiente. Todos los brandys contienen en lo básico tres elementos, los aldehídos en la parte superior, los alcoholes en el medio y las cetonas abajo. Brevemente, los aldehídos en una bebida alcohólica son elementos ligeros, que llegan al cerebro muy rapidamente provocando jaquecas, pero que el metabolismo humano destila con relativa calma. Los aldehídos se quedan en la parte superior de una botella de brandy y las cetonas se estancan en el fondo. Las cetonas son elementos muy pesados y que su expulsión del organismo lleva mucho más tiempo y esfuerzo. Son una especie de brea que se van directo al estomago, con lo que provocan indigestión. Si la bebida es de baja calidad, las cetonas se pegan al alimento y detienen la digestión. Un Torres 10, por explicarlo simple, se forma de los desechos de la formación de un Torres 20. La concentración de cetonas en el 20 es baja, su sabor es muy superior y la resaca es practicamente nula. Su precio es el reflejo de un proceso de un buen proceso de destilado y varios años que, para quienes saben, se justifica plenamente.



Los errores que existan en esa explicación son mios, una disculpa; los aciertos son de alguien más que si sabía y a quien escuche con atención. El argumento químico que he tratado de manifestar, no es solo para mostrarme interesante (nah, si es por eso). O por hacer este post más entretenido o que ocupe más espacio (bueno, un poco hay de eso también). Basicamente, fue lo primero que me vino a la mente al terminar el día 12 del salvaje festival de cine contemporáneo de la Ciudad de México. La cruda que alguna vez tuve luego de tomar mas de 4 litros de Viña Real y la comparación con la que se tiene con un Torres 20. Al final de un festival, la cruda se trata de entender.



De las 260 películas, alcance la cifra de 18. No esta tan mal si tomo en consideración que es al primer festival que le entro en forma. Me queda todavía insatisfecha la cuestión de si la Ciudad de México es la idónea para sostener un festival como este. Las funciones del 29 de Febrero (viernes y quincena) estaban saturadas, el tráfico era angustiante, al contaminación, los rateros, el estacionamiento, el transporte público... todo parecía haberse encontrado en el momento preciso, para hacer de ese día una autentica pesadilla. ¿Que pasa con el Ficco? La calidad de las cintas sigue estando vigente, varias de ellas se presentarón por primera vez, muchas fueron secciones del de Cannes o de Venecia. Puede ser una inconsistencia en su estructura, pero ¿como generar una estructura de cualquier proyecto artístico en una ciudad como esta?. Hay mucho patrocinador interesado en que sus anuncios se muestren antes de cada función (260 veces, na'mas), hay una pequeña contribución del gobierno, hay intereses por parte de la comunidad artística. Pero hay algo que todavía arrastra este festival.



Año con año más espectadores acuden a su llamado, cada año genera más interés, más publicidad y con cierto recelo, es más exitoso. No se como explicar el fenómeno. Quizá se deba a que dejo de ser un festival y se convirtió en una pasarela de personajes que acuden nada más porque lo incluyen en su agenda de eventos culturales. Tal vez la gente entiende menos las cintas presentadas, pero asiste a más esperando que sus dudas se aclaren con la frecuencia. O tal vez se me da por ser amargado y quejarme de cuanta situación se me presenta.





Sin quitarle méritos, el Ficco efectivamente se ha ido convirtiendo en un acontecimiento y ha acercado cine diferente a mucho público. Como aficionado al cine (más no conocedor) me de gusto haber emprendido la aventura. Como ser humano, la experiencia me agoto.





Ver 18 cintas en 13 días es complicado, es la cruda de altas concentraciones de cetonas. Al final, los ojos se me cerraban, me ardían. Los musculos atrofíados de pasar más de 30 horas estaticos en una sala de cine me estan cobrando la factura. Algunas responsabilidades que deje de lado, se acumularon. Problemas de comunicación, de quejas, de resentimientos se me presentarón. La contaminación y el estres contribuyo a mi deterioro. Por momentos, en una cinta, me preguntaba si me daría tiempo llegar a la otra y perdia la atención en que le se proyectaba. Funciones agotadas que me llenaban de frustración. Funciones nocturnas que me producían retrasos (y castigos económicos) en mi trabajo. No quiero, entonces, ni pensar si alguien con las mismas complicaciones que yo, compro un abono por 30 películas, como acabo al final del camino.





Pero las 18 cintas que tuve la oportunidad de presentar valieron la pena. Algunas maravillosas, otras aburridas, otras complejas. Una que otra me entristecio. Otra me lleno de alegría. Una que me pareció lo más nefasto que he visto en el año. Otra que quisiera volver a ver. La emoción para un adicto al cine como yo de brincar de una a otra sala (o sede) para presenciar cintas que no serán tan accesibles en un futuro es el motor que hace que uno termine por aceptar lo agotante del asunto. Me intoxique de cine, eso es un hecho. Y al final, con todo que quiero descansar unos días, ya extraño las visitas a las salas. Uno no puede combatir mucho con sus adicciones solo. Y esta es una que no me interesa combatir. La cruda de los aldehídos, suave, agradable y con gratos recuerdos y sabores




Para terminar, no puedo decir cuál fue la mejor o la peor (como alguna vez leí, "¿mejor para quien?"). Solo puedo ser objetivo con mis gustos personales. Así que, las conclusiones a las que llegue son:



- La que más me gusto: Adentro de Alexandre Bustillo y Julien Maury

- La que más me divirtio: Gloria al Cineasta, de Takeshi Kitano

- La que más me sorprendió: Dr. Plonk de Rolf de Heer

- La más interesante: Ayudame, Eros de Lee Kang Sheeng

- La más equis: Puerto de Embarque de Olivier Assayas

- La más irónica: Los cuentos de Go-Go de Abel Ferrara

- La que ya quiero ver otra vez: Noches Purpura de Wong Kar Wai

- La que no vuelvo a ver, aunque me paguen (o la más nefasta): Otto el Zombie, de Bruce LaBruce

- La que me gusto mucho, pero no se si es tan buena: Una dama para dos, de Claude Chabrol.

- La más aburrida: Capitan Achab de Philipe Ramos

- La que me quede con las ganas: un empate entre Parque Via y Control



A ver que sucede el próximo año. Cuando menos ya tengo la experiencia, ahora a meditar si vuelvo a comprar el abono de 20 películas, o el de 30

4 comentarios:

Joel Meza dijo...

Algo ha de haber entre la Química y el cine: No sé si sepas que Diezmartínez es Ing. Químico. Aunque estoy contigo en algo, nunca fui bueno para esta ciencia. Será por éso que no tomo brandy. Felicidades por la reseña del FICCO.

Christian dijo...

Yo acabé igual, pensé que solo había sido yo, pero al leer estas líneas con gusto me doy cuenta que no.

Y para colmo mi última película fue 'La Francia' de Serge Bozon, que es bastante buena, pero es muy lenta y si hubo momentos en que a punto estuve de quedarme dormido jaja

Yo si entré a 'Control' pero me quedé fuera de 'My Blueberry Nights'. Yo creo que eso le pasó a mucha gente, que lograba entrar a una pero se quedaba fuera de otra y así... habìa que estar cazando las cintas por todos lados y luego andar brincando de Insurgentes a Altavista y de ahí a Polanco uff!! maratònico la verdad.

Y coincido contigo, cada vez asiste mas gente, a ver como se pone el próximo año.

Saludos.

adayin dijo...

Me da gusto también que no fui el único mermado física y mentalmente con el festival. Me puedo quejar mucho de eso, pero haber visto tantas películas (buenas y malas) me ayuda a superar el trago amargo. Ojala estrenen Control pronto, la de Wong ya tiene poster y todo, probablemente este mes o el otro ya este en las salas.

Lo de Diezmartínez y la quimica no tenía ni idea. Que verguenza si lee esto y descubre como alguien con palabras puede destruír una ciencia tan bonita, jejeje.

Y si tomas brandy, tomate uno XO (50 años de añejamiento). Claro que la botella cuesta arriba de 3,000 pesos, pero vale mucho la pena.

Gracias a ambos. Saludos

Joel Meza dijo...

3000 pesos... a ver, déjame sacar la cuenta en caguamas...