Curiosa coincidencia


Responde al nombre de Eric Roth. Se dedica a escribir guiones en Hollywood. Entre sus creaciones aparecen cintas The Insider, Ali, Munich, y hasta el churrazo protagonizado por Kevin Costner, The Postman, entre otras

Su nombre empezará a sonar (si no es que ya lo hace) con mayor frecuencia, vía nominación al Oscar por su adaptación del cuento de Fitzgerald, The Curious Case of Benjamin Button, la cinta más nominada a la edición 2009 de los Premios de la Academia, aunque se estime como la gran perdedora de la noche (o sea, no va a ganar nada)

¿Qué es lo que pasa con esto?, fue la primera interrogante cuando abandone la sala después de presenciar la cinta de David Fincher. ¿Por qué es desde ya la gran perdedora? Razones las hay muchas y la primera que vino a mi mente fue “pues es la más oscareable de todas”. En apariencia, parece diseñada para ganar tanto premio se le atraviese. Creo que me apresuré con tal declaración, en realidad TODAS las cintas nominadas este año parecen, a simple vista, estructuradas para tal premio. El drama político-social de Milk y hasta de Frost/Nixon (género venerado por la Academia), el drama dentro del periodo de la Segunda Guerra Mundial de The Reader (infalible para los miembros que votan) y el llamado “underdog”, la menospreciada, la cinta pequeñita roba corazones vía (curioso caso) la favorita Slumdog Millionaire.

Benjamin Button es el melodramon de época, redentor, dramático, emotivo, emocionante, bla bla bla. Curioso caso que directores como David Fincher y Danny Boyle compitan entre sí, acompañados de su conglomerado de fanáticos alrededor del mundo, con sendas cintas bonitas, accesibles, correctas… oscareables.

La cinta de Fincher no carece de innumerables aciertos, no pocas ideas merecerían permanecer mucho más tiempo en el inconsciente colectivo del que en realidad permanecerán, tópicos manipulados con mucha decencia y una decencia que no resulta tan incomoda. Si, es una película que probablemente merecía tanta nominación, pero también es una cinta que merece perder en las categorías que lo haga. Es una buena historia, una interesante narración y nada más. No puede o no quiere ir verdaderamente un paso adelante, encuentra su momento, su espíritu y prefiere quedarse en ese lugar seguro, plausible y accesible. Es una cinta que merece revisión, no por mera curiosidad, sino por los atributos que posee, pero no alcanzar el lugar de inmortal en la historia del cine.

Buscando el problema sobre porque uno parece desear enamorarse de la cinta pero fracasa (problema que no he resuelto aún) encontré una de las muchas posibilidades de respuesta. Creo que la idea siempre estuvo, cada minuto de película, ahí, en la punta de la lengua. Para no entrar en mayor número de detalles (o estorbarme en mi propio camino de ideas) prefiero mostrar el video que me ayuda (un poco) a resolver la incógnita. El señor Roth ayudo mucho a generar mayor número de ideas, porque no olvido mencionar que es el mismo responsable de ese espectáculo (en mi opinión) soso, patriota, sobrevalorado llamado Forrest Gump.

El video lo encontré gracias a Defeña Salerosa y su post de la cinta. Lo comparto con gusto y cierto cinismo:


The Ruins


Antecedentes

A veces se recibe información parcial acerca de algo, provocando que la impresión sea negativa o positiva. Scott B. Smith ya llamaba la atención después de su primer publicación, A Simple Plan, novela que levanto muchas alabanzas (y de la cual Sam Raimi realizó la versión cinematográfica) Su siguiente novela causaba expectación desde su gestación: The Ruins. Una vez publicada salieron comentarios de todo tipo, algunos anunciaban la llegada de un nuevo maestro del suspenso, otros más sutiles aseguraban que era un ejercicio interesante que se perdía en el camino. Los menos opinaban que era una tomadura de pelo y Smith era un one-hit wonder.

Eso sí, no falto el aludido que consideraba al relato como racista, arbitrario y estúpido. Nada de referencias reales, muchos estereotipos de personajes, mexicanos y nativos malditos en contra de los gringitos indefensos e inocentes. Si, hay algo de eso, aunque cualquier cinta o libro o medio de comunicación puede presentar aspectos que ofendan la susceptibilidad de alguien. The Ruins no es un libro didáctico y quien lo quiera tomar letra por letra es bajo su propio riesgo (de la misma forma que cada quien tiene formado sus prejuicios)

Hechos

La adaptación no tardo mucho en darse, mucho menos si la compañía productora (a cargo de Ben Stiller) ya había comprado los derechos del libro cuando apenas Smith había completado tres capítulos. The Ruins (the movie) narra la travesía de cuatro norteamericanos que en vacaciones por el Caribe deciden visitar una excavación en ruinas mayas que no se encuentran en ningún mapa turístico. Recién llegan son confrontados con los nativos aledaños al lugar, atacados y obligados a subir a lo alto de las ruinas para permanecer confinados sin aparente explicación razonable. Aislados y vigilados por los nativos, aspiran a ser rescatados en algún momento, aunque después irán perdiendo la cordura al encontrar en su camino cadáveres, accidentes, mutilaciones y sonidos imitados por su entorno.


Como esto no es “spoiler free”, lo más risible y plausible del asunto es el aparente villano: la naturaleza enfurecida, embrujada, maliciosa tomando la forma de una gigantesca enredadera capaz de entender como capturar a su objetivo con similares artimañas humanas, para después darle gusto a su fino apetito. La función primordial del ser humano deja de ser desarrollada y fuera de querer sobrevivir, parece que cada protagonista carece de mucho sentido común (y de muchos recursos físicos cuestionables) dándole al villano espacio suficiente para explicar su existencia.

Conclusiones

Una cinta como The Ruins no tiene que contar con elementos realistas para desarrollarse y eso se aprecia. Defectos tiene por doquier y en cada momento, pero cuenta también con virtudes que la alejan del montón de cintas de horror. El villano no es al final esa maldita planta ring-tone, sino a lo que se exponen los seres humanos en condiciones extremas, convertirse en paranoicos psicóticos que se autodestruyen ante cada nueva experiencia (y/o frustración)

Quizá la novela exploraba otro entorno: lo que se dice a las espaldas de los demás, lo que uno desea para lastimar a otro, la falta de comunicación con una pareja y el evidente discurso de que todos los lugares son terroríficos menos casa (o sea, gringitos no salgan de su país)

La paranoia como elemento destructivo se ha presentado en mejores condiciones. Digamos, la maravillosa cinta Bug (2006) de William Friedkin, pero The Ruins es un entretenimiento diferente, es más consumible y tiene un mercado-meta más amplio. Mientras pasaban los minutos, más me convencía de lo ridículo e ingenuo que era todo el asunto, pero más entraba en la certeza de que lo estaba disfrutando. Y mucho, añadiría


The Ruins (2008)

Dir. Carter Smith

Guión: Scott B. Smith (basado en su propia novella)

Actúan: Jena Malone, Jonathan Tucker, Shawn Ashmore


Office Linebacker


Después de una larga y extraña temporada de la NFL, por fin están los dos finalistas que trataran de alcanzar el anhelado trofeo Vince Lombardi. Una temporada repleta de sorpresas, records y decepciones llegará a su desenlace el próximo 1 de Febrero, cuando los renovados Arizona Cardinals se midan contra los favoritos y populares Pittsburgh Steelers, en el evento deportivo más popular, millonario y televisado en todo el mundo.

El Super Bowl cumple 43 años y no ha perdido vigencia ni popularidad. Sigue siendo el evento más producido, espectacular y el que mayor atención provoca. Millones de dólares se invierten en publicidad pagada, el estado que tiene dicho partido paga por un pequeño tour televisado, gente de todo el mundo gasta cantidades abismales de dinero por estar ahí y hasta los fanaticos del artista que se presenta en el medio tiempo arrasan con las taquillas. Las normas de la NFL no solo abarcan lo deportivo, sino también lo comercial. Es por regla vender cuando menos el 80% de las entradas de cada partido para que se juegue, como también es una norma que los boletos para el super domingo se disparen considerablemente.

Será todo eso pero no deja de ser un espectáculo eficaz, eficiente y eminentemente divertido lleno de momentos emotivos, grandes hazañas deportivas y, a veces, mucho suspenso.

Cinematográficamente, el deporte es considerablemente noble. Han existido películas y documentales excelentes enfocados en la NFL y anexos. Y habría que considerar que las grandes productoras lanzan los trailers de las cintas que más le apuestan. Más de dos millones de dólares cuesta un minuto al aire del gran partido. Por ahí se verán avances de las que se supone serán las cintas más taquilleras del verano y otros que se atrevan a pagar.

Pero hace 5 años, Reebok lanzó un comercial que se convirtió en leyenda. Una empresa que muestra la ejemplar contratación de un linebacker a sus filas, para controlar los desvíos de atención que se presentan día con día. Uno de los promocionales más divertidos (que copiaron muchos) introducía al “Triple T”: Terrible Terry Tate como el “Office Linebacker”

Una maravilla, para calentar motores en espera del gran partido

(Momento priceless: el "Hey Janice".. seguido de un "Mo'fucker")