Píldora azul, píldora azul


Por el año 2002, ya había una saturación de todos aquellos que querían o pretendían emular el estilo visual de una cinta menospreciada por los estudios (estrenada en Marzo) que se convirtió en un fenómeno y referente que ni sus creadores fueron capaces de controlar (o detener) Cuanta producción visual y auditiva llevaba el concepto, ya sea como simple copia o un derivado muy poco sutil. Comerciales, videoclips, parodias, literatura, comics y por supuesto, muchas cintas querían ser la expansión a ese universo visual creado (a medias) en 1999, por la cinta, ahora de culto, Matrix

Expansión, de lejos, visual, porque narrativamente, aunque la cinta original pecaba en muchos rincones de insípida, Matrix llevaba un concepto común y ordinario a toda una congregación de adictos a la tecnología que la recibieron con los brazos abiertos. El futuro se mostraba francamente desolador y desmedidamente atractivo. Uno podía modelarse como un personaje en un juego de rol, con todos los atributos y ninguna limitación, todos eran los elegidos, los especiales controladores de una red diseñada para satisfacer carencias, pero especialmente todos decidían su recorrido, su píldora, el engaño con adornos o la realidad poco atemorizante (más bien, rutinaria) En retrospectiva, la cinta ha ido perdiendo vigencia, en parte debido a su inesperado éxito e influencia y en otra a sus muy limitadas secuelas que solo sirvieron para detallar efectos especiales que no se incluían en la original.

Como sea el caso, Matrix ha servido de influencia en diferentes modelos que descubrieron el “easy money shot” ya sea en cuanto al concepto de sus encuadres, como al estilo del futuro que vislumbra. Para muestra, dos cintas, en apariencia diferentes, Equilibrium (Dir. Kurt Wimmer) y Cypher (Dir. Vincenzo Natali) estrenadas en 2002, que tienen mucho más en común de lo que esperaban, y a su vez con la cinta de los hermanos Wachowski.

El planteamiento

En Equilibrium, el personaje es Preston (Christian Bale) un robotizado miembro destacado de las fuerzas de orden y paz (o clérigos como les llaman) que se dedican a suprimir todo aquello que ha causado sufrimiento y destrucción a la humanidad: los sentimientos. En este futuro se considera prohibido sentir, cuya regulación se da a base de drogas, represiones e incineraciones. Poseer un libro, una obra, una pieza musical que inviten a la libre provocación de sensaciones es castigado, condenado y destruido (elemento y portador) Preston es un habilidoso policía-samurái, inmune a los daños que hace, pero también inconsciente de las ordenes que cumple, dictadas por una entidad que lo controla como marioneta.

Cypher tiene como personaje central a Morgan Sullivan (Jeremy Northam), un robotizado contador con pocas aspiraciones y muchas desilusiones que, debido a sus aptitudes, es reclutado por una pulcra organización de espionaje. Sin conocer exactamente en lo que se ha involucrado, Morgan poco a poco será controlado por una (o varias) corporación que enfoca su experimentación en la reacción que la persona tiene al instruirle diferentes identidades. Morgan y el resto de los empleados no actúan a voluntad propia, simplemente son probados por una entidad que esta en cada rincón.

El conflicto

Preston no entiende porque los demás tienen la tentación de sucumbir en lo prohibido, en el sentir, especialmente cuando tiene que confrontar a su compañero de muchos años quien ha decidido experimentar lo que no debe. Una acción tan incidental, como tirar su dosis diaria de droga que reprime sensaciones, lo lleva a capturar a una mujer que lo expone a descubrir las motivaciones de cada sensación que jamás antes había experimentado, acción que lo lleva a cuestionarse, primero como individuo y después como el grupo enemigo.

Del otro lado, el personaje de Morgan tampoco entiende a que se debe las recurrentes pesadillas y dolores que se le han presentado espontáneamente. Visiones que le provocan cuestionarse su posición en el mundo, tanto de su relación con los demás, como de su propia persona. Pronto conoce a una mujer que le levanta mayores cuestionamientos, interrogantes que le llevarán a descubrir de qué forma esta siendo manipulado en una operación que parece ser mucho más relevante de lo que creía.

La búsqueda

Preston tiene la orden de buscar y eliminar a la cada vez más popular Resistencia, aquellos renegados que se niegan a seguir ordenes y suprimir sentimientos. Aunque de inicio Preston no comprende la función de tal organización, eventualmente forma parte de su propio plan: la muerte de la entidad controladora (muy al estilo Big Brother) llamada simplemente “Padre”, cuya relación con el protagonista es clave en el desenlace.

Mientras tanto, Morgan tiene la orden de obtener datos de una organización rival de espionaje, aunque no comprende que finalidad tiene la preciada información, entiende que el éxito de la misión le revelará mucho más de su persona, de su identidad. En la búsqueda descubre la existencia de una persona que esta controlando todos los hilos, un hombre llamado Sebastian Rooks, cuya relación con Morgan es clave en el desenlace.

La resolución

Finalmente Preston es capaz de contactar a la supuesta resistencia contra la que había batallado durante mucho tiempo. Pudo haber bloqueado las sensaciones, pero jamás los recuerdos, cuya principal razón de existencia es revivirle el momento, las acciones y las sensaciones, como lo demuestra su vigilante, Robbie, su hijo, sirviendo como la guía fundamental que necesita para confrontar a la entidad dominante de la sociedad. Sin embargo, todo formaba parte de una trampa mayor, una a la que Preston ha caído sin opción, que de cualquier manera le produce una transformación para cumplir su objetivo, de forma espectacular.

Morgan recupera la información, ha terminado su trabajo, pero sigue sin descubrir quien es el tal Rooks, ni quien es él mismo. Después de recibir el impulso que necesitaba, gracias a su vigilante, Rita, ha llegado a un lugar donde espera encontrar todas las respuestas. Sin embargo, todo formaba parte de una gigantesca trampa, una que Morgan ha creado para caer en ella, situación que de cualquier manera le produce una completa transformación para cumplir un objetivo, que no sabía propio, de forma espectacular.

Tons…

Uno podría encontrar similitudes entre estas dos cintas y muchas más, tanto en forma como en contenido. Pero no es casual ni fortuito que dos cintas conceptualizadas dentro del género de ciencia ficción aparezcan casi de forma simultánea, presentando planteamientos muy similares, que directa o indirectamente descienden de la Matrix original.

De ninguna manera, la cinta de los Wachowski inauguro un género ni presento una ficción nunca antes vista (es un pastiche de muchas fuentes) Lo que si propicio es un catalogo de propuestas visuales empatadas y narrativas que situaban el camino del héroe en un futuro muy ordenado, muy organizado que en realidad fungía como pantalla de una entidad controladora que no quisieron llamarle destino (aunque en lo fundamental lo fuera)

La idea parte de muchas propuestas previas (porque ahora resulta que todos son inspirados por Kurosawa) lo que es una realidad es que tanto Equilibrium como Cypher sufren de esa tendencia, una que no pretendía revolucionar conceptos (como lo hizo con los efectos especiales) sino plantear opciones visuales menos estancadas. La realidad es que la temática de ambas cintas contiene las mismas dosis de interés e inspiración, como de aburrimiento y es una pena viéndolo a la distancia, planteando mismas narraciones en otra dimensión, en otra armonía, el funcionamiento hubiera sido completamente diferente.

Una similitud más es la vida de la película misma. No hicieron ruido, nadie pareció interesado y nadie las tomo en serio. Natali (director de la venerada Cube, 1997) encontró mayor fortuna en el mercado asiático y en una limitadísima distribución en formato casero. Wimmer siguió escribiendo guiones de encargo (como The Recruit, 2003) y le intento de nuevo con la misma tendencia visual, solo que ahora sin un guión, vía Ultraviolet (2006)

De cualquier forma, estimo que en unos años ambas cintas volverán a resurgir, para ser analizadas, cuestionadas y quizá hasta respetadas. Aunque pronto volverán a ser sepultadas por las nuevas copias que pretendan similares conceptos. Todo parte de un punto y regresa al mismo. Ya lo decía Ronald D. Moore, con el tagline de la maravillosa última temporada de Battlestar Galactica: “it’s happened before and it will happen again”


5 comentarios:

mike dijo...

lo de hoy es tener tu bruto y patearle el trasero a todos

pasale y checale

http://brutalized.elbruto.es

Cotu dijo...

a mi las de cube no me gustaron nada, Equilibrium tuve que verla en Ingés y más tarde en español- Americano porque a España esta película no se trajo. Una pena porque me encantó y ecuanto a Matrix!!! que pena que hicieran las dos siguientes!

Sam_Loomis dijo...

A mí siempre me ha gustado más "Equilibrium" que "The Matrix", aunque la primera de la trilogía si es una buena película, las otras dos secuelas las aborrecí.

Saludos

Igor Von Slaughterstein dijo...

Muy buen artículo. Lo cierto es que me encantó "Matrix" en su momento, pero cuando investigué un poco y me di cuenta de que era una semi-copia de diez mil comics y films anteriores perdió un poco de lustre para mi. Y ya cuando se estrenaron esas dos aberraciones de secuelas que perpetraron renegué de ella.

"Equilibrium" en cambio, es una serie B divertida y fresca.

Saludos!!

adayin dijo...

D: Camara, ya estas

Cotu: Equilibrium es entretenida a medias. Cuando quiere profundizar y dejar de ser una cinta de acción parece demasiado inocente

Sam: si, mucha gente prefiere la de Bale que Matrix. Y la verdad, bien bien, no se porque. Si es bastante pasable, pero nada más. Creo que Igor menciona mejor el punto, una serie B fresca. Pero, por supuesto, puedo estar equivocado