IRON MAN



Iron Man
(Dir. Jon Favreau, 2008)
* * 1/2

Mucho se puede estimar que el cine llamado “del verano” implica cintas cuyo contenido repite al hartazgo formulas que han funcionado a lo largo de los años. El cine de verano o blockbusters como comúnmente se les conoce es un blanco de muchos dardos. Desde quien asegura que es la peor época para ver cine hasta quienes le endilgan la pasividad y los males de la humanidad. Los estrenos de verano son al final la carta más fuerte para las compañías productoras y distribuidoras, cintas muy costosas cuya última finalidad es que la gente vaya a verlas. Los más seudo clavados en el “buen cine” (¿Para quién?) o del cine “independiente” (si es que comprenden lo global de tal término) se auto flagelan por la existencia de esta temporada o de plano se muestran superiores por rechazarlo.

En una buena parte, es cierto que los blockbusters poco o nada innovan en lo narrativo, su propuesta es común, sin correr muchos riesgos y en conclusión son cintas que deforman y devoran cualquier propuesta diferente. Por otro lado, es la ganancia de estas cintas la que provoca que los estudios se arriesguen a producir ese cine tan “independiente” del que se vanaglorian conocer. Puede que mi naturaleza genere la disposición a consumir todo tipo de cine, pero en lo general y positivo, disfruto mucho ese cine, siempre que las cintas se acuerden cual es su finalidad: emocionarnos y deleitarnos durante dos horas o menos (en muchos casos, mucho más de 2 horas)


El verano de 2008, en el cine blockbuster, inicia con Iron Man de Jon Favreau, uno de los pocos directores a quien se le asigno la tarea de adaptar un comic al cine y contra el que no se levantaron millones de fanáticos para pedir su cabeza. Si la razón sea que Favreau es confiable o de plano Iron Man no es tan popular, solo el tiempo (y las secuelas inevitables) lo dirá. No solo contó con el apoyo de los fans para su director y protagonistas (aun cuando Downey Jr. es odiado en más de un sentido). Así que al enfrentar el primer asalto contra el verano cinematográfico, la verdad es que el resultado es positivo, pero contradictorio. No son pocos los que desconocen los orígenes del personaje creado por Marvel.

El Iron Man 2008 nos presenta a Tony Stara (Robert Downey Jr.) un magnate y playboy dueño de la mayor productora de armas en los Estados Unidos. Fascinado por su propio ser, Stark es capturado por unos árabes durante la presentación de su nueva y ultra tecnológica nueva arma. Herido de gravedad y dependiente a una especie de marcapasos que funciona a batería, Stark es obligado a construir la misma poderosa arma para los árabes. Alarmado por descubrirse responsable de muchas atrocidades con la construcción de armas, Stark construye un prototipo de una poderosa armadura para escapar de sus captores y regresar a su mundo, para detener la fabricación de armas por su compañía. Al verse impedido por el segundo al mando de la compañía, Obadiah Stane (Jeff Bridges), Stark pone todo su empeño en fabricar la poderosa y emblemática armadura del personaje, para luchar contra todos aquellos que… ataquen el modo de vida americano (y no lo nieguen). Y es que por encima de todos los buenos momentos de la cinta y sobre todo de Downey Jr. y su interpretación de Stark, Iron Man es el más conservador (por no decir republicano) de todos los súper héroes creados por la casa Marvel.




El origen del personaje dentro del comic es bastante similar (es capturado por asiáticos, en lugar de árabes) pero su desarrollo ha sido muy diferente, de ahí que haya ganado mayor popularidad. Ha perdido su empresa, ha quedado en banca rota, es un alcohólico consumado, el innovador marcapasos le ha desarrollado enfermedades del sistema nervioso y demás. Por supuesto que todo eso no podría mostrarse en una sola cinta y mucho menos la inicial. Uno puede creer que el idealista y uniformado Capitán América es el representativo de todo el ideal conservador americano y podría estar en lo cierto. Pero, por ejemplo, es el mismo Iron Man su más poderoso aliado (y su único) en la última serie de culto llamada Civil War.

Favreau no quiso quitarle esos atributos y las acciones del personaje (con armadura y sin ella) son tan evidentemente partidarias que uno no puede evitar debatir sus propósitos y si sus motivos son los correctos.


No me quiero enfocar mucho en esto, puesto que es, finalmente, la película que abre oficialmente el verano de este año y como tal, el deleite visual es impecable. La cinta es muy divertida y con momentos muy emocionantes (salvo la batalla final). Favreau doto al perfecto Stark con mucha ironía, seguridad pero a la vez lo hace vulnerable. Y sin duda es Downey Jr. el punto más alto de la cinta, maneja todo con naturalidad y soberbia que cae bien.


Soy cauteloso al calificar esta cinta, principalmente porque es la primera. Por lo general se convierte en punto de comparación de las que vendrán y eso no puede ser imparcial. No todas las cintas que inauguran el verano son buenas (ahí esta Spider Man 3) pero revientan la taquilla. No es la mejor adaptación de un comic, creo que no hay todavía una que se digne de serlo (tal vez Batman de Burton o la segunda parte de Spidey) pero es un buen inicio del verano que nos depara.

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