Revolver

7/10



Nunca he creído que uno tenga que haber pasado por alguna experiencia especial, que viva por un momento o sufra alguna preocupación para disfrutar, odiar o entender una película (o un libro o un disco o una pintura). Y sin embargo si puede llegar a cobrar un sentido diferente. Escuche ya hace un par de años de esta cinta, Revolver que suponía el retorno de Guy Ritchie al cine que tan popular lo había hecho y la lejanía de los encargos de su esposa. De ahí le perdí rastro y hasta ahora me encontré con la oportunidad de revisarla. Fue una verdadera fortuna tener absoluto desconocimiento de la trama, la historia y las reacciones que generó (variadas y vastas). Fortuna porque no tenía ningún antecedente, positivo o negativo.

Jake Green (Statham) sale de prisión después de haber cumplido una condena de 7 años en solitario. Fuera conserva un objetivo, cobrar venganza sobre un mafioso dueño de un casino llamado Dorothy Mecha (Ray Liotta). Jake conoce la debilidad de su némesis y dos años después de salir, lo enfrenta y lo vence, para después ser perseguido por los matones de Mr. D, ser notificado de una enfermedad mortal que invade su cuerpo y ser rescatado por dos personajes cuyas exigencias de protección parecen no tener mucho sentido. A partir de ahí, Ritchie empieza a tejer lo que parece una historia de mafiosos, con tintes cómicos, acercándola a tramas sobre asaltos sofisticados, para finalmente rematarla con un enfrentamiento muy personal del personaje y a la vez, del propio director. Ese enfrentamiento parece ser uno que Ritchie vivió en carne propia y a los ojos del espectador, es uno que no ha resuelto.

Todo el escenario esta construido entre letreros, diálogos y situaciones que se quieren filosóficas (y dicen unos que son propios de la dianética) que una vez resuelto el enigma, debieron haber servido como pistas para comprender la película en conjunto. Definitivamente no sucede así. No solo los fragmentos de entrevistas en los créditos finales no encuentran una justificación, sino que la construcción y resolución de la cinta son disparejos de forma ejemplar.

Y es que uno no puede dejar de preguntarse si el género que eligió Guy Ritchie fue el más adecuado para contar una historia donde el mayor enemigo no esta afuera.

Largas secuencias de diálogos, aderezadas con partidas de ajedrez pretenden dar información vital al público para que sirva a manera de cómplice. Y sin duda el director sabe construir secuencias de acción muy efectivas, como una que involucra a un (casi) perfecto matón, con pinta de nerd, que posee un oído y un dominio del espacio espectacular, despachándose a media docena de criminales en varios pisos de un edificio. Ritchie sigue controlando sus actores y sus escenarios.
La historia no tiene una ubicación específica y algo de eso tiene que ver con el desenlace, al igual que sus billetes de 12 dólares. Brinca del presente, a diez minutos en el pasado, para después situarse dos días después y luego regresar tres años atrás, sin perder mucha secuencia ni lógica. Incluye segmentos animados, balaceras con música anticlimática y una larga de elementos que pueden entenderse como excentricidades.

No puedo dejar de sentirme concentrado pero a la vez timado. Comparto mucho de la idea que se pretendía dar, sin matices ideológicos o religiosos. Creo que efectivamente el peor enemigo es uno mismo, no solo el ego, sino el individuo en lo general, con sus juicios personales, sus derrotas y sus debilidades.

La película prometía tener una revelación (un twist) que volvería loco a más de uno. Cuando esa revelación ha sido consumada, en una destacable escena cerca del final, Ritchie no sabe o no quiere dar respuesta, solo genera más dudas. Una de las que le resulta muy costosa, la duda de si valió la pena todo el ejercicio para tan atípico resultado.

Revolver no merecía el excesivo maltrato que sufrió. Votada como lo peor del 2005 (por encima de Alexander o Los Duques de Hazzard), esta cinta que tuvo diferentes cortes, diferentes versiones, tampoco merece ser la razón a la pregunta de ¿Qué le paso a Guy Ritchie? El problema es que el propio ego de Ritchie y esa voz que debe pesar toneladas (la de su esposa) lo traicionaron al final. Personalmente disfrute mucho más de lo que esperaba esta cinta, a la que en términos de actuación, creación, ejecución poco se le puede reprochar. Como tampoco se le puede reprochar a Ritchie haber intentado algo más, no solo volver a realizar una versión nueva de Snatch para reconciliarse con sus fanáticos. Aunque el resultado no sea el esperado

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