¿200 años de independientes, 100 de revolucionarios?


¿Lo somos? ¿Lo hemos sido? ¿Lo seremos?

Nadie es renegado en el mundo, nadie es completamente alterno y nunca nadie es completamente ajeno. Pero el juego definitivamente cambio. Hace unos meses se debatía en México algo que no parecía del todo debatible. La propuesta hablaba de sentenciar aun más el uso de Internet, añadiéndole impuestos ridículos, personalmente creí que la respuesta era el combate por un vía aun más ridícula, un grupo se alineo a manifestar su inconformidad, con algunos argumentos muy interesantes y otros no tanto. Todos twiteaba que el Internet debería ser gratis (que no lo es) y exento de impuestos (que nunca lo ha sido)

El formato me parecía por demás triste, insignificante y hasta absurdo. Por supuesto, estaba terriblemente equivocado. El twitter aporta nada o casi nada a la sociedad, cierto, pero movilizo algo que antes no parecía probable, una sola voz, un solo reclamo, una queja unificada de manera cómodamente anónima que si bien no inclino la balanza del todo a su favor, ha frenado momentáneamente lo que luchaba. El twitter, una de las redes sociales más populares había vencido en un terreno que nunca nadie había creído que tendría participación.

El juego ha cambiado. En la primera década del siglo XXI, se formo un nuevo grupo, los nuevos hippies, los nuevos punks. El sobrenombre se les da como “nerds” pero más específicamente como “indies”, a pesar de lo deformado que esta el concepto. Como género musical, nada es genuinamente indie, nada al menos como los especialistas quieren asignarlo. Finalmente, en los 90 se le llamaba “alternativo” a exactamente lo mismo. En el cine, todos los nuevos directores con cintas primerizas abundantes de carismas, también se le endilgo “indie”, ya no es el cine de autor, ni cine de arte.

Quizá ese es el ejemplo que se busca. Ya no existen grandes diferencias (al menos para promover o vender) la alta cultura de la cultura popular. La tecnología avanzo como nunca en 10 años. Musicalmente, se puede crear todo tipo de sonidos, producirlos, editarlos y mostrarlos en las redes sociales. Poemas, novelas, comics se escriben y se muestran en blogs. Fotografías en flickr, películas, videos y ediciones nuevas en youtube. Todo está a las manos de la creatividad de cualquier persona, permitiéndole expresar cualquier inquietud, personificarse otra vida o rozar los 15 minutos de fama que todos pataleamos.

Hace poco, en un especial a modo de despedida, dentro de los especiales de la que creo es la mejor serie de televisión en la década (sino de la historia) The Wire, el creador delimitaba el poder de los medios de comunicación y soltaba una frase sobre los bloggers, quienes posteaban notas periodísticas incompletas, adornadas y libres de esfuerzo, basadas en artículos publicados por trabajo periodístico de al menos seis meses. La reflexión, no juicio, venia de la mano a la forma en que en la actualidad se consume la información, la caída de la circulación de diarios y el papel del periodista como profesión, institución y casi especie en extinción.

Las reglas cambiaron y probablemente dentro de 10 años se verá su efecto final. Hace diez años eran pocos quienes contaban con una conexión, ahora… Ahora hay muchos ejemplos diferentes.

Ha sido una década fantástica. Ya se hablara de esta que apenas inicia.


1 comentarios:

adayin dijo...

pero eso es cada decada, no? y no solo un presidente nefasto... nos van a tocar 2