Top Ten: Música. 8
Little Joy
Little Joy, 2008
Rouge Trade
El inconsciente es impredecible y dominante. Eso de interpretar sueños puede ser muy funcional, pero parece ser que da más señales en la cotidianidad de las que queremos reconocer. Derivamos en diversos nombres para reconsiderarlo: sentido común, instinto, premonición y hasta deja vu. Le modificamos el nombre para otorgarle otro significado, porque, básicamente, le tememos al inconsciente, su poder y su revelación.
En ese sentido, uno habla como le fue en la feria. Por lo que encontrarme con un disco como este (y el gusto que le tuve) me sorprende y contradice. Finalmente, no se le puede negar mucho a la realidad de lo que somos.
Little Joy surge como proyecto ansiado (y alterno) de Rodrigo Amarante (guitarrista de Los Hermanos) y Fabrizio Moretti (baterista de The Strokes) Era la escapatoria a la rutina que al final se convirtió en un proyecto de suma importancia para ambos. A ellos se les une la hermosa voz de Binki Shapiro (pareja de Moretti) y sacan su grabación: una cursilería por demás disfrutable. O, más bien, once piezas de enamoramiento, promesas, emociones, pasiones y hasta despedidas (más o menos como una relación) En el trayecto, la música que demuestran no quiere complacer a nadie, no se siente la producción obligada para tener sencillos a granel. Los tres protagonistas se sienten dichosos de poder cantar y ejecutar con mucha libertad sobre lo que realmente tienen la necesidad de explorar y manifestar. Aunque no se escuchan muchos arreglos (ni adornos) existe, en esos once traks, un poco de todo, de folk, country, bossa nova. Pero nada de eso sería relevante (o notable) si no es por la fluidez que brinda su honestidad y sencillez para componer y comprometerse a un sonido, que avanza, se detiene, se enreda y remata. Mucha melancolía, mucho egoísmo y mucha soltura. Amarante y Moretti, aparentemente necesitaban un proyecto como este, dejar de ser las imágenes que venden revistas y camisetas y concentrarse en tocar los lugares que conocen. En ese territorio se encuentran más optimistas.
En la curiosidad también se lleva la penitencia. Mientras para algunos son once piezas que le pueden dedicar a su pareja o pretendiente y emocionarse, para otros es un recuento de los daños, del enfrentamiento con una dura realidad, del cierre del idealismo y sobre todo de la ausencia y la soledad que uno a veces tiene que cargar. Pero como las relaciones, eso tampoco será para siempre.
Little Joy, 2008
Rouge Trade
El inconsciente es impredecible y dominante. Eso de interpretar sueños puede ser muy funcional, pero parece ser que da más señales en la cotidianidad de las que queremos reconocer. Derivamos en diversos nombres para reconsiderarlo: sentido común, instinto, premonición y hasta deja vu. Le modificamos el nombre para otorgarle otro significado, porque, básicamente, le tememos al inconsciente, su poder y su revelación.
En ese sentido, uno habla como le fue en la feria. Por lo que encontrarme con un disco como este (y el gusto que le tuve) me sorprende y contradice. Finalmente, no se le puede negar mucho a la realidad de lo que somos.
Little Joy surge como proyecto ansiado (y alterno) de Rodrigo Amarante (guitarrista de Los Hermanos) y Fabrizio Moretti (baterista de The Strokes) Era la escapatoria a la rutina que al final se convirtió en un proyecto de suma importancia para ambos. A ellos se les une la hermosa voz de Binki Shapiro (pareja de Moretti) y sacan su grabación: una cursilería por demás disfrutable. O, más bien, once piezas de enamoramiento, promesas, emociones, pasiones y hasta despedidas (más o menos como una relación) En el trayecto, la música que demuestran no quiere complacer a nadie, no se siente la producción obligada para tener sencillos a granel. Los tres protagonistas se sienten dichosos de poder cantar y ejecutar con mucha libertad sobre lo que realmente tienen la necesidad de explorar y manifestar. Aunque no se escuchan muchos arreglos (ni adornos) existe, en esos once traks, un poco de todo, de folk, country, bossa nova. Pero nada de eso sería relevante (o notable) si no es por la fluidez que brinda su honestidad y sencillez para componer y comprometerse a un sonido, que avanza, se detiene, se enreda y remata. Mucha melancolía, mucho egoísmo y mucha soltura. Amarante y Moretti, aparentemente necesitaban un proyecto como este, dejar de ser las imágenes que venden revistas y camisetas y concentrarse en tocar los lugares que conocen. En ese territorio se encuentran más optimistas.
En la curiosidad también se lleva la penitencia. Mientras para algunos son once piezas que le pueden dedicar a su pareja o pretendiente y emocionarse, para otros es un recuento de los daños, del enfrentamiento con una dura realidad, del cierre del idealismo y sobre todo de la ausencia y la soledad que uno a veces tiene que cargar. Pero como las relaciones, eso tampoco será para siempre.
La mejor: The next time around
Downlodeables: Brand new star, Keep me in mind, Don't watch me dancing
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